«Ahora resulta que las papillas son malas», me comentó una madre en la consulta el otro día. Con la «moda» del «Baby Led Weaning» (BLW) cada vez son más las madres que me preguntan por ello, si soy partidario o no, qué es mejor para el bebé,…
Vayamos al principio, antes de perdernos en el debate de papillas sí, papillas no. De lo que estamos hablando es de alimentación complementaria. La alimentación complementaria es cuándo al bebé se le ofrece otros alimentos además de la leche. Subrayo lo de complementaria: complementa, NO sustituye la lactancia. Y subrayo lo de ofrece, NO se la tiene que comer.
El objetivo de la alimentación complementaria es que a la larga el niño acabe comiendo lo que los padres coméis. Para ello tenéis bastantes meses por delante.
Lo que hay que tener claro en la alimentación complementaria, sea con papillas o con trocitos de comida, son estos dos principios: