Los bebés que han nacido prematuros suelen tener unas necesidades nutricionales diferentes, por lo que la alimentación complementaria debe ser diferente y adaptada a cada caso.
No hay guías detalladas para prematuros, y las evidencias científicas sobre cuándo y cómo hacer la alimentación complementaria (AC) en los bebés prematuros son bastante limitadas.
Particularidades de los bebés prematuros
Sí que sabemos algunas particularidades de los recién nacidos prematuros que debemos tener en cuenta:
- Los prematuros nacen con menores reservas de algunos nutrientes, ya que muchas de éstos se almacenan en gran medida en las últimas semanas de la gestación.
- Pueden tener también, un mayor crecimiento posnatal y un mayor desarrollo madurativo de algunos órganos; por lo que tienen necesidades aumentadas de: calorías, proteínas, ácidos grasos poliinsaturados, hierro, zinc, calcio y selenio.
- Lo que llamamos prematuros son un grupo bastante heterogéneo: según la edad de gestación a la que nacieron, motivo del parto prematuro, si padecen o han padecido problemas respiratorios, digestivos, o neurológicos… Todo ello supone diferentes necesidades nutricionales en cada niño.
- En algunos prematuros se puede haber afectado el desarrollo psicomotor y el desarrollo de las habilidades orofaciales que puedan concernir a la alimentación: movilidad de la lengua, la deglución, la masticación, …
En los recién nacidos prematuros la lactancia materna es también el alimento de referencia; por las múltiples ventajas que aporta sobre la nutrición, la maduración digestiva, la protección inmunitaria, y el neurodesarrollo.
En ocasiones, sobre todo en grandes prematuros, se ofrece leche materna fortificada para satisfacer necesidades nutricionales concretas.
Si no es posible la lactancia con leche materna de su madre o de donante, existen fórmulas específicas para prematuros.
¿Qué recomendaciones generales tenemos para la alimentación complementaria en prematuros?
La alimentación complementaria en el niño prematuro debe ser más personalizada que en el bebé que ha nacido a término. El pediatra debe valorar, según el desarrollo psicomotor, el crecimiento y los antecedentes de cada niño (problemas respiratorios, digestivos…), la mejor manera de abordar la AC en cada niño concreto.
A partir de las publicaciones (ver referencias al final) sobre la alimentación complementaria en prematuros, y la experiencia en niños nacidos a término, se pueden indicar las siguientes recomendaciones generales:
- Edad de comienzo de la AC entre los 5 y los 8 meses de edad cronológica. O bien, alrededor de los 6 meses de edad corregida(*). En algunos casos, se puede iniciar la AC antes de esta edad para aportar algunos nutrientes necesarios (recordemos que los prematuros pueden tener menos reservas de algunos nutrientes).
La edad corregida*, puede ser una guía para cuando comenzar. - Es importante valorar el desarrollo psicomotor y la habilidad orofacial en cada caso para saber si está listo para iniciar la AC. Hacer además un seguimiento de la evolución.
- En muchos prematuros es preferible iniciar la AC en forma de triturados, con cuchara.
Para más adelante, y según la evolución de cada niño, ofrecer alimentación con sólidos autogestionada por el bebé (tipo BLW).
En algunos prematuros es posible empezar la AC en forma tipo BLW. - Favorecer alimentos más calóricos: son casi todos, excepto la mayoría de verduras y frutas (como vimos en el artículo previo).
- Asegurarse de ofrecer alimentos con un buen aporte de grasas, grasas saludables. Aceite de oliva virgen, aguacate, pescado graso, frutos secos (molidos)…
Las grasas aportan más calorías, pero sobre todo, son fundamentales para el desarrollo cerebral. - Ofrecer a diario (1-2 veces/día) alimentos ricos en hierro: carne, pescado, cereales fortificados** y legumbres**…
No obstante, se recomienda dar a los bebés prematuros un suplemento de hierro desde el nacimiento hasta los 6-12 meses. - Además, deben tomar las 400 UI diarias de vitamina D durante el primer año al menos, como todos los lactantes, prematuros o no.
- Evaluación del crecimiento siguiendo las gráficas de la OMS, contando con la edad corregida*
(*) Edad corregida: es la edad que tendría el bebé prematuro de haber nacido a término (40 semanas de gestación). Se obtiene restando a la edad cronológica, las semanas que le faltaban para llegar a la semana 40.
(**) Para optimizar el aporte de hierro y no excederse en la cantidad de proteínas, hay que tener en cuenta los cereales fortificados; y también las legumbres. La absorción de hierro de estas fuentes es peor que el hierro procedente de la proteína animal, pero puede mejorar su absorción ingiriendo en la misma comida un alimento rico en vitamina C (naranja, fresón, kiwi…)
Estas recomendaciones se aplican sobre todo a bebés que han nacido después de la semana 33-34 de gestación (y menos de 37 semanas), que son la mayoría de los prematuros. Para grandes prematuros, se necesita un abordaje nutricional más especializado.
Si vuestro hijo ha sido prematuro, consultad al pediatra la mejor manera de abordar la alimentación complementaria y resolved todas vuestras dudas.
En éste, como en todos los artículos de este blog, se trata de dar información sobre un tema de pediatría o crianza, y recomendaciones generales aplicables a muchos niños. Pero cada niño es diferente, y sobre todo en el caso de los prematuros, muchas veces se requieren recomendaciones específicas.
Referencias principales:
Recomendaciones sobre alimentación complementaria de la Asociación Española de Pediatría. 2018