La falta de hierro es la carencia nutricional más frecuente en los países desarrollados según la OMS. ¿Qué debéis saber los padres?, ¿cómo prevenirla?

Actualizado octubre 2022
El hierro es un micronutriente muy importante porque es necesario para múltiples funciones del organismo. Es el elemento clave para la formación de la hemoglobina,- la molécula que transporta el oxígeno en la sangre-, y su carencia puede producir una anemia por falta de hierro (anemia ferropénica). Pero el hierro también interviene en otros procesos metabólicos y celulares que tienen que ver con el neurodesarrollo, el sistema inmune, la termorregulación, el patrón de sueño,…
En los dos primeros años el bebé tiene más posibilidades de tener un déficit de hierro, porque que todavía suelen comer poca cantidad de alimentos que contienen hierro y por el crecimiento rápido de esa etapa.
Si tenéis poco tiempo para leer, id directamente a lo que podéis hacer los padres para prevenir la falta de hierro (último epígrafe). La idea clave:
«En nuestro medio la causa más frecuente de falta de hierro en bebés es la alimentación inadecuada»
¿Cómo consigue el bebé el hierro?
El recién nacido sano, a término, tiene depósitos de hierro suficientes para los primeros 5-6 meses. Los ha recibido durante el embarazo, sobre todo, pero también en el parto (por el paso de la sangre de la placenta al recién nacido).
La leche materna, aunque tiene bajo contenido en hierro, suele aportar lo necesario para esos primeros meses. Pero a partir de los 6 meses, el bebé necesita otros aportes de hierro. Por eso, se recomienda introducir otros alimentos que aporten hierro a partir de esa edad.
¿Qué bebés tienen mayor riesgo de tener un déficit de hierro?
*Hay una serie de circunstancias del embarazo y el parto que favorecen la falta de hierro. Son los llamados grupos de riesgo:
- Los bebés prematuros o con bajo peso al nacimiento, sobre todo si han pesado menos de 1500 gr al nacimiento.
- Si la madre ha tenido falta de hierro grave durante la gestación.
- Bebés fruto de partos con hemorragias u otras complicaciones.
- Si la madre padece diabetes, o hipertensión durante el embarazo.
- Embarazo múltiple.
*Cuando el bebé va creciendo, la falta de hierro se suele producir casi siempre por una alimentación inadecuada:
- Retrasar la introducción de la alimentación complementaria más allá de los 6 meses.
- Dar leche de vaca antes del año de edad, en sustitución de cualquier lactancia, materna o con fórmula.
- Después del año de edad, tomar demasiada leche y lácteos, y poca carne, y pocas legumbres y frutos secos (¡ojo!, éstos siempre en formas molidas en los menores de 4-5 años). Los lácteos dificultan además la absorción del hierro.
- El niño muy selectivo comiendo.
- Infecciones frecuentes, sobre todo cuando acuden a guardería que están «siempre enfermos«, y pueden acabar comiendo mal.
*Caso aparte son los niños con problemas de salud, cómo enfermedades de corazón, enfermedad celíaca, enfermedades digestivas, hemorragias frecuentes,…
¿Cómo se detecta la falta de hierro?
Pues aunque parezca sencillo, no lo es. La falta de hierro muchas veces no produce ningún síntoma, o produce síntomas mínimos.
Y por otro lado, los análisis no siempre son fáciles de interpretar. Los parámetros para valorar el estado del hierro (hemoglobina, sideremia, ferritina,…) varían bastante en las diferentes etapas de crecimiento, y con la concurrencia de infecciones, viriasis, procesos inflamatorios, etc. Hay que valorar pues en cada niño las circunstancias en que se realiza el análisis. Y por supuesto, es imprescindible valorar que está comiendo el bebé.
Quiero puntualizar además que, cuando los padres veis en el resultado del análisis varios valores marcados como anormales, no os alarméis. Algunos valores en niños son diferentes, varían con la edad y otros factores.
Actualmente no se recomienda realizar analítica de cribado de hierro a todo niño sano para ver si tiene o no déficit de hierro. No obstante, se debe considerar en los niños con factores de riesgo citados más arriba.
¿Cómo prevenir la falta de hierro?, ¿qué podéis hacer los padres?
Durante la lactancia es fácil, lactancia materna 6 meses. Y en los casos en que no es posible la lactancia materna, o si antes de los 6 meses se tiene que pasar a una lactancia mixta o una lactancia con fórmula, utilizar una fórmula fortificada con hierro (como recomienda la EPSGHAN y la AAP).
La leche materna tiene una concentración baja de hierro, pero es de muy fácil absorción.
Después del período de solo leche, y paulatinamente ya para todas las edades:
- No retrasar la introducción de la alimentación complementaria más allá de los 6 meses.
- Introducir alimentos ricos en hierro de fácil absorción (hierro-hem) a partir de los 6 meses: carne roja y carne de ave. Y también se le puede ofrecer huevos* (yema), pescado azul (salmón), o hígado; todos ellos ricos en hierro.
- Ofrecerlos en la misma comida con frutas y hortalizas, que contengan vitamina C, fructosa y ácido cítrico, que favorecen la absorción del hierro. Estos son sobre todo: naranjas y mandarinas, fresas, kiwi, tomate,…*
- Ofrecer vegetales ricos en hierro: legumbres, cereales integrales, brécol, coles, frutas desecadas (trituradas) (pasas, albaricoques,…), frutos secos triturados (nunca en pieza en menores de 4 años),… La absorción del hierro vegetal suele ser peor que la del hierro-hem, por la fibra y los fitatos, pero mejora si se toma con alimentos que tengan vitamina C, fructosa y ácido cítrico.
- Tanto con las carnes como con las frutas y verduras, no hay que estar midiendo las cantidades que come. Al principio comerá poca cantidad, lo importante es ofrecérselos y que el bebé vaya aceptando con naturalidad y con gusto los diferentes alimentos.
- No dar leche o lácteos en la misma comida en la que come alimentos ricos en hierro, porque dificultan la absorción del hierro.
- También se pueden ofrecer cereales fortificados con hierro. Hay que mirar las etiquetas, porque muchos cereales para niños llevan hierro, pero también demasiado azúcar. No obstante, la absorción de este hierro puede ser peor si se toman con leche.
- A partir de los 11-12 meses, evitar el «exceso» de leche si va en detrimento de otros alimentos.
Estas son recomendaciones generales, pero es importante individualizar. No todos los niños tienen el mismo patrón de desarrollo y madurativo. Para eso sirven las revisiones de salud con el pediatra.
En este artículo os da más ideas: la alimentación complementaria personalizada del bebé.
*(Paréntesis: ¿puede un bebé de 6 meses comer ya pescado, huevo, kiwi,…? Actualmente, existen ya suficientes estudios para poder afirmar que no hace falta un calendario estricto de introducción de alimentos. No se producen más alergias por empezar a dar más pronto los diferentes alimentos; podría incluso prevenirlas. En cualquier caso, con cada nuevo alimento, empezad por pequeñas cantidades y observad como lo tolera.)
Por último, respecto a los suplementos de hierro no deben darse a la ligera o para prevenir; pueden tener efectos secundarios. Es mejor prevenir el déficit de hierro con una buena alimentación. Pero pueden ser necesarios en algunos casos. Debe ser el pediatra quien lo indique.
Actualizado octubre 2022
Fuentes principales de información:
Diagnosis and Prevention of Iron Deficiency and Iron-Deficiency Anemia in Infants and Young Children (0–3 Years of Age). Pediatrics November 2010, 126: 1040-50