La alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV) es la alergia más frecuente en bebés. Muchas veces da unos síntomas claros, y el diagnóstico es fácil. Pero en otras ocasiones, los síntomas son más sutiles y no es tan fácil de detectar.
Por suerte, en la mayoría de los niños con APLV, ésta desaparece con la edad. Pero mientras esto sucede el bebé va a necesitar una alimentación sin NADA de proteínas de leche de vaca.
Punto clave para los padres, lo que no hay que hacer: si os parece que a vuestro bebé «le sienta mal» la leche, no empecéis a hacer cambios por vuestra cuenta.
Muchas veces me encuentro en la consulta un bebé de pocos meses, con síntomas bastante claros de APLV, que ha pasado primero por 2 o 3 cambios de marca de leche, luego le han dado una leche de las llamadas»digest», luego una sin lactosa,…
No hay que confundir la APLV con la intolerancia a lactosa. La intolerancia a la lactosa no es un alergia; es una incapacidad para digerir la lactosa,- el azúcar natural de la leche.
¿Qué síntomas produce la alergia a las proteínas de la leche de vaca?
La APLV puede producir tanto síntomas digestivos, como otros que no son digestivos.
Pero lo más importante para los padres son los síntomas que podéis observar en relación con las tomas. Un bebé con APLV puede tener unos síntomas que aparecen de inmediato, nada más tomar la leche. Estos pueden ser:
- Vómitos y regurgitaciones frecuentes; que no hay que confundir con las regurgitaciones normales que casi todo lactante tiene. En el caso de la APLV las regurgitaciones, además de abundantes, suelen acompañarse de molestias. Pincha aquí para saber cómo distinguir las regurgitaciones normales.
- Rechazo de la toma. Puede empezar a tomar con ganas (porque tiene hambre), pero enseguida suelta la tetina, se arquea hacia atrás, se queja, llora,…
- Dolor abdominal, «cólico»,… Se queja, llora mucho, encoge las piernas,… Pero el llamado «cólico de lactante», solo en unas pocas ocasiones se debe a APLV; la mayoría de «cólicos» tienen otros motivos.
- Erupciones de la piel: urticaria, ronchas rojizas,…
- Angioedema: hinchazón de labios, cara,…
- Reacción anafiláctica, con palidez, decaimiento, dificultad para respirar,… Esta reacción puede ser muy grave, pero por suerte no es frecuente.
Pero la APLV también puede producir otros signos y síntomas sin una relación directa con la toma; como son:
- Diarrea, diarrea crónica.
- Estreñimiento.
- Anemia por déficit de hierro, por pérdida de hierro en las heces,…
- Escaso aumento de peso
- Síntomas respiratorios: tipo catarro de nariz, con mocos, estornudos. O tipo asma: con pitos, dificultad para respirar, tos, tos crónica,…
- Dermatitis atópica (eccemas en la piel).
Cada bebé puede tener unos síntomas distintos, inmediatos y no inmediatos. Pueden aparecer unos sí y otros no, y en muy diferentes combinaciones.
Para complicarlo más aún, muchos de esos síntomas pueden tener otras causas.
¿Puede un niño que toma lactancia materna tener APLV?
La respuesta es que sí. Es raro, pero sí, puede ser.
Se ha visto que algunas fracciones de proteínas de la leche de vaca pueden pasar a la leche materna, y por tanto producir APLV.
¿Cómo se diagnostica?
La APLV se produce por una reacción del sistema inmune a algunas proteínas que están en la leche de vaca. Sobre todo, a la caseína, la alfa-lactoalbúmina y la beta-lactoglobulina. Pero esta reacción puede producirse por dos tipos de mecanismo diferentes:
- La mediada por IgE, que es la que produce las reacciones alérgicas más «típicas». Las reacciones inmediatas a la toma suelen tener este mecanismo.
- La no mediada por IgE, que tiene mecanismos inmunológicos más complejos, y también menos conocidos.
La APLV IgE mediada suele ser más fácil de diagnosticar, con análisis de sangre, o con una prueba cutánea. Teniendo muy en cuenta que una prueba negativa no excluye la alergia mediada por IgE.
La APLV no mediada por IgE, no tiene actualmente pruebas de laboratorio que se utilicen para el diagnóstico en la práctica diaria. De momento, los test que existen son para uso en investigación, y/o todavía está por comprobar su validez científica.
Así que, en muchos casos la mejor prueba diagnóstica es, tras una cuidadosa valoración de los síntomas que tiene el niño, la eliminación de las proteínas de la leche, y observar la mejoría o desaparición de los síntomas. Y en algunos casos, puede que se requiera una prueba de provocación, reintroduciendo las proteínas de la leche para comprobarlo.
En el caso de un bebé con lactancia materna, se probaría a retirar las proteínas de la leche de la alimentación de la madre. Pero nunca retirar la lactancia.
El tiempo que hay que esperar para ver la mejoría puede ir de unos pocos días a varias semanas, dependiendo del tipo de síntomas. Por ejemplo, en el caso de vómitos o rechazo de las tomas, la mejoría se puede observar en unos pocos días; pero en el caso del déficit de hierro, o de falta de ganancia de peso, habrá que valorarlo tras varias semanas.
El proceso de diagnóstico y seguimiento de la alergia a las proteínas de la leche de vaca es complejo.
Si se confirma la APLV, ¿con qué se alimenta al bebé?
Si el bebé toma lactancia materna, se elimina de la alimentación de la madre la leche de vaca y derivados. Ternera puede comer. Tampoco se recomienda sustituirla por otras leches; de cabra, oveja,… ya que tienen proteínas muy parecidas a las de la leche de vaca.
En el bebé que toma leche artificial, se le da una leche «especial»: una fórmula hidrolizada. Esta es una leche en la que se han descompuesto las proteínas en fragmentos más pequeños (hidrolizado) para que no produzcan alergia.
Actualmente, no se recomiendan la leche de soja porque el bebé con APLV con frecuencia desarrolla alergia a la soja también.
¿Hasta cuándo tiene que estar con una leche especial?
Depende de cada niño y sus síntomas. Pero como mínimo unos 6 meses.
En los casos de síntomas alérgicos más graves, y en los mediados por IgE se mantiene más tiempo. Estos suelen estar con dieta exenta de proteínas de leche de vaca hasta los 18 meses o más.
Insisto: los padres no debéis intentar por vuestra cuenta ningún cambio de leche «para ver si mejora». Si vuestro hijo tiene algún síntoma que pueda ser debido a una APLV consultad con el pediatra.
*Más información para padres:
Web para pacientes de la SEICAP: Alergia a la leche de vaca
*Referencias destacadas:
Treatment of Cow’s Milk Protein Allergy. Pediatr Gastroenterol Hepatol Nutr 2014; 17: 1-5