¿Qué hacemos?, ¿lo metemos en nuestra cama, lo dormimos al brazo o le enseñamos a que se duerma por sí mismo?
Vuestro hij@ «duerme mal» (vosotros peor aún), lo comentáis con familiares, amigos… y en este tema todo el mundo opina y os vais a encontrar con teorías opuestas, con algunos defensores «radicales» de una u otra teoría; y hasta puede que alguno os acuse de «malos» padres por hacer una cosa u otra.
Relajaos. Hagáis lo que hagáis no vais a ser malos padres por ello, ni vuestro hijo va a salir «tarado» por dormir con vosotros o por que le hayáis enseñado a dormirse en su cuna. En este tema del sueño infantil nadie tiene una verdad absoluta. Y se pueden hacer bastantes cosas para que la familia duerma mejor.
Lo primero es entender un poco como funciona el sueño en los niños (se explican las bases en el primer artículo del sueño).
Hay niños que duermen bien, se haga como se haga, y niños que necesitan cierta ayuda para dormir bien. Para los que necesitan ayuda tenemos básicamente dos opciones:
- Colecho. Es decir, el niño se duerme con la madre, el padre, o ambos, y comparten la cama.
- Enseñarle a que sepa dormirse por sí mismo. (No me gusta la expresión «enseñarle a dormir solo», porque en realidad no se le deja solo,… se le enseña la forma de que sepa relajarse y dormirse por sí mismo, con la presencia de otra persona, pero sin su intervención directa)
En mi experiencia (y esto es una opinión personal), muy rara vez funciona algo intermedio.
Puntualizo ya, que para que enseñarle a dormirse de forma autónoma no hace falta dejarle llorar. No se debe dejar llorar a un niño para que se duerma.
PUNTOS CLAVE:
- No existe una forma mejor que otra. Es una decisión personal de los padres.
- Tanto si se opta por enseñarle a dormir por sí mismo, como si se decide hacer colecho, los padres deben de estar convencidos de que eso es lo que quieren hacer y se debe hacer con amor y cariño. Esto es muy importante, porque si los padres (ambos) no están convencidos de lo que están haciendo van a enviar mensajes contradictorios al niño, lo cual sí que no ayuda nada. Si unos padres adoptan el colecho porque han leído que es lo mejor para su hijo, pero no están convencidos, lo hacen de mala gana y sin cariño, le van a transmitir eso al niño: que lo «aguantan» en su cama, pero que en realidad no lo quieren ahí… Probablemente, acaben durmiendo todos mal.
- No en todos los niños, ni en todas las familias, funciona lo mismo.
- Muy importante: la finalidad es que toda la familia, padre, madre e hijo/s, tenga un sueño decente.
Los siguientes son CONSEJOS GENERALES que pueden ser de ayuda para muchos niños, pero como cada niño (y su familia) es diferente, para problemas concretos se necesitan soluciones específicas. Consultad a vuestro pediatra si ese es vuestro caso.
ENSEÑARLE A DORMIR POR SÍ MISMO:
A partir de los 6-9 meses el niño ya tiene un desarrollo psico-neurológico que le permite aprender un hábito del sueño, en el que es importante una rutina, y asociar un elemento de transición al sueño.
- Establecer un horario fijo para acostarlo. Como los niños tienden a mantener su ritmo biológico, puede ser más fácil que coja bien el sueño entre las 8 y las 9 de la tarde en horario de invierno, una hora más tarde en el de verano.
- Rutina o «ritual del sueño» siempre igual: bañarlo (si el baño le relaja), ponerle el pijama, darle la toma, estar con él un tiempo hablándole o cantándole suavemente… o con un cuento o algún juego tranquilo si ya es más mayorcito. Su cuna, su habitación,… todo siempre igual.
- Elemento de transición al sueño: un peluche o una toallita (con el olor de la madre mejor aún),… que el niño coge y le sirve de «compañero» nocturno, y para volver a calmarse cuando se despierte por la noche. El chupete puede ser de ayuda porque a la mayoría les tranquiliza, pero si lo pierde durante la noche y se despierta puede que necesitéis ir a ponérselo.
- Cuando se va quedando adormecido, pero aún despierto, se le pone en la cuna. Puede que se duerma enseguida o que proteste. Si protesta y llora se le coge y se vuelve a intentar. Esto se puede repetir las veces que sea necesario hasta que se quede dormido.
- Intentar separar comer de dormir. Que no se duerma tomando biberón. Si está tomando pecho esto puede ser un poco más difícil. (podéis leer más sobre esto en el artículo: «lactancia y sueño».
- Si por la noche se mueve, hace ruiditos o algunos gemidos, pero está dormido no hay que hacer nada, es normal. Es la «fase activa del sueño», como se explica en al artículo primero del sueño. Si estos ruiditos despiertan a la madre, es momento de plantearse sacar la cuna de la habitación, si aún no se ha hecho…
- Si se despierta por la noche se puede esperar unos instantes, para ver si de verdad llora y os reclama. Si llora se le debe atender y comprobar que no le pasa nada. Si no es capaz de dormirse por si mismo, se procede igual que al principio de la noche (apaciguarlo y dejarlo en la cuna adormecido, pero despierto).
- Es normal que se despierte varias veces por la noche (con los cambios de fase del sueño), pero estos despertares suelen ser superficiales. Así que, si ha aprendido a dormirse por sí mismo y tiene su elemento de transición al sueño (peluche,…) es muy probable que se vuelva a dormir y no reclame vuestra atención.
COLECHO
Dormir toda la familia junta es la forma instintiva «natural» de dormir los niños desde hace milenios (y se sigue haciendo en otras culturas); pero en nuestra sociedad actual no vivimos siguiendo los ritmos de la naturaleza, por lo que esta forma de dormir puede que no sea adecuada para todas las familias. Podéis leer más sobre el colecho en este artículo de mi web:
Colecho, ¿es adecuado para cualquier familia?
Hay que decir que se ha comprobado que el colecho favorece la lactancia materna, y ésta protege del síndrome de muerte súbita del lactante; pero a su vez, también se ha visto con el colecho un aumento del riesgo de muerte súbita del lactante. Hay que decir que, por suerte, la muerte súbita en la cuna es muy rara. Se puede ver más información aquí.
Si se decide hacer COLECHO hay que tener en cuenta:
- La madre y el padre tienen que estar los dos de acuerdo.
- Hay que estar bastante seguros de la decisión, porque una vez se acostumbra el niño a dormir con los padres es un hábito que puede costar mucho de cambiar (al niño le costaría entender ese cambio).
- El niño dormirá con los padres hasta que decida que quiere dormir en su cama y su habitación, y esto pueden ser varios años.
- Hay algunos casos en que no es aconsejable el colecho:
- Prematuros (de menos de 35 semanas de gestación) hasta que tengan más de 3 meses.
- En el caso de madre fumadora.
- En el caso de madre y/o padre con obesidad.
- Otras precauciones: colchón firme, y no usar edredones blandos ni demasiada ropa de cama.