Las “clásicas” papillas de cereales para bebés no son una buena opción nutricional. Entonces, ¿qué cereales se la dan al bebé?, ¿qué se le pone en el biberón?
¿Por qué no son recomendables las papillas de cereales de “toda la vida”?
Pues resumiendo mucho, porque no son comida “de verdad” y además, suelen tener demasiado azúcar (salvo algunas excepciones).
Para empezar, lo mejor para el bebé es que esté sólo con lactancia materna hasta los 6 meses. O con una leche adaptada cuando la materna no es posible. La mayoría de los bebés no necesitan nada más antes de los 6 meses. Insisto en esto porque en muchas papillas infantiles en la caja pone “desde los 4 meses”.
Luego se empieza a ofrecerle la alimentación complementaria; pero no hay el por qué comenzar con los cereales. Os lo explico aquí y aquí.
Las papillas de cereales para bebés contienen harinas de cereales modificadas para hacerlas “más digeribles”. Esta modificación consiste en romper (mediante hidrólisis o dextrinación) los hidratos de carbono complejos, de cadena larga, en trocitos más pequeños. Muchos de estos trozos más pequeños son azúcares.
El cereal dextrinado o hidrolizado se “vende” como una ventaja para adaptarse al sistema digestivo del bebé (además de “vender” que llevan minerales, vitaminas,…). Pero no es correcto. El bebé no necesita esos cereales modificados, y el que lleven mucho azúcar no es saludable, porque la absorción rápida de los mismos produce una elevación en pico de la insulina, que tiene sus efectos sobre el metabolismo, a corto, medio y largo plazo.
Y luego hay otro efecto considerable: el acostumbrarse al sabor dulce. Estos cereales hidrolizados, con más azúcares libres, y por tanto de sabor más dulce, gustan más al bebé. La preferencia por el dulce es innata y tiene sus motivos biológicos y evolutivos (ref.). El acostumbrarse a sabores más dulces, contribuye al rechazo a otros sabores menos dulces, como el de las verduras y otros alimentos.
Incluso en las papillas de cereales “sin azúcar añadido”, al ser dextrinados o hidrolizados, la cantidad de azúcares simples es demasiado elevada (como se puede ver en su etiqueta nutricional,-lo explico al final del artículo). Este aspecto lo explica muy bien el nutricionista Julio Basulto en este artículo.
Tanto la OMS como la EPSGHAN recomiendan: nada de azúcar en la alimentación complementaria del bebé.
Otro motivo a considerar es la papilla en sí misma. Ya que esta forma de alimentar al bebé está actualmente en entredicho, como os explico en este artículo.
Entonces, ¿qué cereales le damos? Alternativas
Como ya he comentado, el paso por la papilla no es necesario. Pero lo cierto es que algunas familias, bien porque ya han alimentado así a sus otros hijos, bien porque es la abuela quien tiene que darle algunas de las tomas (y las abuelas, en general, no quieren ni oír hablar de darle la comida a trocitos), o bien porque el bebé aún no cumple criterios para darle la comida a trocitos (como os explico en este artículo), prefieren pasar primero por una fase de papillas. Así que os pongo unas:
*Alternativas parecidas a las papillas, pero más adecuadas, sin necesidad de utilizar los clásicos cereales hidrolizados (dextrinados) para bebés:
- Papilla con copos de avena (tipo “porridge”). Requiere una breve cocción. Se puede preparar con leche o con agua.
- Sémola de arroz, o sémola de trigo duro (sopa “maravilla”, o couscous,…). También requiere cocción.
- Harina de maíz (Maizena®). Se puede preparar con leche o con agua.
Y en caso de querer usar una papilla de cereales para bebés comercial, buscar una que realmente no tenga azúcares, cuya harina no ha sido hidrolizada. Las hay ya en los supermercados, aunque muchas veces “disfrazadas” de productos “bio” o “ecológicos”. Os pongo dos marcas: Hipp® y Holle®.
*(Ver al final para saber qué hay que leer en una etiqueta nutricional)
*Alternativas “no trituradas”, tipo Baby Led Weaning:
- Pasta bien cocida: macarrones, espirales, espaguetis cortados a trozos,…
- Arroz bien cocido en bolitas, o con cuchara, tipo arroz caldoso,…
- Pan. El típico trozo de pan de toda la vida.
- Tortitas de maíz (mirad la etiqueta, pero no suelen llevar azúcar)(**).
- Galletas caseras sin azúcar (os invito a ver algunas recetas en la web de una compañera pediatra, la Dra. Gloria Colli: una pediatra en la cocina).
Pero entonces, ¿no comerá menos que si le damos una papilla?
Pues sí. Pero estamos hablando de la edad en que la leche es lo fundamental, materna preferiblemente. Se trata de alimentación “complementaria”, no “de engorde”. Ya irá comiendo más.
Por otro lado, el darle arroz, tortitas, sémola,… es muy interesante desde el punto de vista del desarrollo y de la relación bebé con la comida: el bebé aprende a apreciar texturas diferentes, sabores distintos y se va adaptando a la comida que comerá con su familia.
Y ¿qué le metemos en el biberón?
Nada. A la mayoría de niños no les hace falta nada en el biberón.
Si para un bebé la leche ideal sigue siendo la del pecho de su madre. Esta viene sin nada “añadido”. Por lo tanto la leche que toma en biberón, aquellos que no toman lactancia materna, debería ser sin nada.
Pero, ¿los cereales en el biberón de la noche no hacen que duerma mejor?
Pues no. Generalmente se asocia cereales por la noche con que el bebé duerma mejor. Pero no es así. Lo que sucede es que la edad de introducción de los cereales, casi siempre coincide con una etapa en que cambia el patrón de sueño.
Y, ¿qué pasa con las vitaminas, hierro, prebióticos,… que llevan añadidos las papillas de cereales para bebés?
Pues que realmente no son necesarios. Es mejor que vaya comiendo, aunque sea en pocas cantidades, de otros alimentos.
Etiqueta nutricional, ¿en qué hay que fijarse?
Básicamente hay que mirar los ingredientes y la cantidad de azúcares.
Esta es la etiqueta de unos cereales para bebés “clásicos”:
Si no tienen azúcar añadido y no están hidrolizados, el contenido en azúcares puede oscilar entre el 1 y el 3 % (que son los azúcares simples que de forma natural pueden contener los cereales).
En conclusión: papillas de cereales para bebés no son necesarias en general. Mejor optar por “cereales de verdad”.
(**) Originalmente había puesto tortitas de maíz y arroz por error. He retirado lo de arroz, porque la Agencia Nacional Alimentaria de Suecia ha recomendado no darlo a menores de 6 años, como principio de precaución, por contener arsénico (aunque sin exceder los niveles que se consideran seguros).