Consejos para madres primerizas (y no primerizas), para que la crianza no sea un agobio; sino todo lo contrario una experiencia única y feliz, de la que puedes disfrutar.
En la consulta veo bastante a menudo a madres que se acaban de estrenar y que están totalmente desbordadas y agobiadas; y lo peor de todo, apenas disfrutan de la crianza.
Y es que a pesar de la preparación al parto y de toda la información disponible, a muchas madres, y padres, les pilla por sorpresa.
Ha llegado a casa un ser nuevo, con sus demandas y sus prioridades. Y además no viene con un manual de instrucciones bajo el brazo (ni tampoco con un pan).
Me refiero sobre todo a las madres, porque aunque a los padres también les afecta el tema, no es lo mismo. Y no creo que sea solamente una cuestión de educación o de roles. Hay motivos biológicos, puede que instintivos, sociales,… por los que las madres suelen asumir la mayor parte de la responsabilidad en la crianza. No quiero decir con esto que la madre deba tener la mayor parte de la responsabilidad, pero que de alguna forma, asume que la tiene. El padre debe implicarse también, por supuesto, pero su papel es distinto.
En su primera consulta al pediatra me encuentro muchas veces (demasiadas) a la madre ansiosa, algo asustada de que lo pueda hacer mal, muy insegura, y también cansada. También en bastantes ocasiones la madre no está lo bastante apoyada (y no criticada) por el entorno.
Y es que en esto de la crianza todos parecen saber más que la madre (y el padre), que tiene que escuchar ya desde que el niño nace todo tipo de comentarios.
Cuando está aún en el hospital, cada uno o una (familiar o personal sanitario) que entra en la habitación emite una sentencia:
uno: «póntelo al pecho», el siguiente: «no te lo puedes poner al pecho hasta que no pasen 3 horas» (!!??, me pregunto quién ideó lo de las 3 horas),… «dale biberón», «ponle el chupete», «no le pongas chupete aún»,…
«no lo cojas tanto que se va a malacostumbrar», » tan pequeño y ya te está tomando el pelo» (!!??, ¿de verdad alguien cree que un recién nacido que llora y se calma cuando la madre lo coge le está intentando tomar el pelo?),…
«le cambias demasiado el pañal», «le cambias demasiado poco el pañal»,…
La preferida de las abuelas: «este niño va muy fresquito,… lo tienes que abrigar más».
Y cuando llora el recién nacido, todos alrededor saben porque llora;… todos menos los padres, claro!
Cuando le bebé llora los padres tienen que escuchar: «tiene hambre,… tu leche no le alimenta», o «toma demasiado,… está empachado». Para algunos: «está claro que son aires», «no lo pones bien para eructar», o «va estreñido»,… Los más sabidillos: «tiene intolerancia a la lactosa…», «es el cólico…» (temible «cólico del lactante»),…
Y para rematar, algunas frases que animan mucho: «ya has dejado de dormir bien para siempre», «¡uy!, esto no es nada, ya verás cuando crezca,… es mucho peor»
(Al final del artículo dejo los enlaces para saber qué es lo correcto respecto a la lactancia, el llanto, el chupete, etc.)
Con todo ello, la madre, que ya tiene bastante con manejarse con su recién nacido, se siente examinada. Y muchas veces se acaba exigiendo demasiado a sí misma.
Claro, así es muy difícil disfrutar de la lactancia, de la crianza y de apreciar como el recién nacido va estableciendo un vínculo contigo.
Así que, madre que estás empezando con la crianza: primero relájate.
Y lee los consejos siguientes. Igual te pueden ayudar:
1. La crianza no es tan difícil:
Los seres humanos llevamos milenios criando, muchas veces bien, y otras no tan bien; y mira donde hemos llegado. No tiene que ser difícil. No lo hagas difícil.
Tranquilidad, respira hondo, sentido común y un poco de paciencia.
2. Sigue tu instinto:
La crianza tiene mucho de instinto, y sentido común. Infórmate desde luego, y puedes pedir consejo a quien te inspire confianza, pero la decisión última es tuya.
Si tienes pensado dar lactancia materna (te lo aconsejo encarecidamente), asesórate bien, pero la decisión es tuya y decide tú cómo hacerlo.
La lactancia es una experiencia vital única y debe ser motivo de felicidad y no un agobio. Aquí tienes los claves para disfrutar de una feliz lactancia materna.
Si la lactancia materna no funciona bien, por el motivo que sea, no te sientas culpable. Vas a tener muchas otras formas de demostrar tu cariño por tu hij@.
Y si por el motivo que sea, decides dar de entrada biberón, es TU decisión y como tal debe ser respetada y apoyada.
Insisto: no te sientas culpable en ningún caso.
Un bebé llora, y a veces pueden llorar mucho. Pero cuando un bebé llora está comunicando algo. Intenta entender a tu bebé, pero cógelo todo lo que necesite (no se «malacostumbra» por ello). Estos consejos te pueden ayudar.
3. Asumir el cambio:
Tienes un hij@. Es uno de esos hechos irreversibles de la vida.
Asume que todo ha cambiado. Tus prioridades, tu dedicación,… tu tiempo. No tienes que sacrificar toda «tu vida» por el recién llegado, pero sí que vas a tener que aceptar que muchas cosas ya no van a ser igual.
Un recién nacido requiere una dedicación 24/7 (24 horas al día, 7 días a la semana). Dedícale el tiempo necesario y disfrútalo.
No pienses que porque estás de baja maternal vas a aprovechar para arreglar en la casa esas cosas para las que nunca tienes tiempo, vas a hacer ese curso que querías, y además te vas a apuntar a yoga.
4. No obsesionarse con lo que come:
El recién nacido sabe lo que tiene que tomar, y cada uno es diferente. Si está bien y aumenta bien de peso es que come lo que necesita.
Y si hay algún problema con las tomas, con el aumento de peso, con los «aires», etc. consulta con una asesora de lactancia o con el pediatra, para valorarlo y ponerle solución. Para eso están las visitas con el pediatra.
Pero sobre todo, no pienses que es que no lo estás haciendo bien.
5. No te obsesiones con el sueño:
El patrón de sueño del recién nacido es muy diferente al de un niño mayor o un adulto.
Entiende como duerme tu bebé, adáptate y te evitarás el llevarlo mal. No es que ya no vas a dormir bien nunca jamás (como algunos te han dicho), pero sí que vas a tener que adaptarte en parte al ritmo de sueño de tu bebé. Descansa cuando él descanse.
Si quieres entender cómo es lo del sueño del lactante y cómo manejarlo pincha aquí.
Todo ello se resume en: relájate, asimila el cambio, simplifica lo que puedas y sobre todo disfruta de la crianza de tu hij@,… ¡se pasa demasiado rápido!
Los siguientes enlaces aclaran las dudas de las frases «bienintencionadas» que reciben los padres primerizos:
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