Los niños pequeños pueden estar siempre con mocos, sobre todo si acuden a guardería o tienen hermanitos más mayores; pero NO siempre hay que tratarlos.
Los mocos cumplen una función defensiva; y en cualquier caso, son sólo un síntoma. Si el niño no está molesto con los mocos, y éstos y la tos no le impiden comer y dormir, desde luego no necesita ningún medicamento.
PUNTO CLAVE: No siempre es necesario tratar los mocos
Y siempre que no tengáis claro si tratar los mocos o no, como tratarlos, o que vuestro hij@ tenga algún síntoma que os preocupe debéis consultar al pediatra.
¿Cuándo hay que tratar los mocos en los niños?
Primero se debe tratar la causa que ocasiona los mocos cuando ello es posible.
Y se deben tratar:
- Si los mocos y/o la tos interfieren de forma importante con comer o dormir, se debe intentar aliviar estas molestias.
- O se añade alguna complicación (por ejemplo una Otitis Media).
¿Cómo se tratan?
- Primero hay que decir que los medicamentos disponibles para los mocos tienen una efectividad limitada, y pueden tener efectos secundarios. Básicamente tenemos:
- Antihistamínicos que funcionan cuando el moco es muy fluido y se acompaña de congestión, pero son más eficaces si la causa es alérgica. En los catarros víricos son menos efectivos.
- Mucolíticos y expectorantes. Estos tienen una eficacia dudosa, o al menos una eficacia bastante variable de unos niños a otros. También pueden ser más o menos efectivos según la causa que produce los mocos.
- Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, por lo que hay que valorar muy bien si son necesarios. Pero a la dosis correcta y bien utilizados no tienen porqué dar ningún problema, y pueden aliviar en ocasiones.
- No deben utilizarse estos medicamentos en menores de 2 años.
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Los lavados con suero salino «fisiológico» o agua de mar:
- Se pueden usar a cualquier edad (aunque los más mayorcitos no se dejan con facilidad)
- Sirven sobre todo para «lavar» el moco más espeso, pero también pueden aliviar algo la congestión y el moco claro.
- PARA EL MOCO NASAL:
- Posición: el niño acostado en decúbito supino (boca arriba) con la cabeza un poco girada hacia un lado.
- Poner unas gotas de suero salino en cada fosa nasal.
- Aspirar con suavidad, con una pera de goma o con un aspirador nasal (tipo Narhinel®).
- PARA EL MOCO DE GARGANTA:
- Posición: decúbito lateral (acostado de lado).
- Se introduce el suero con cierta presión (para que haga efecto de arrastre) en la fosa nasal que queda arriba, se le mantiene así unos segundos, y luego se le gira la cabeza, y se hace el lavado en la otra fosa nasal.
- Ofrecedle agua con frecuencia. El agua es el mejor fluidificante de los mocos, y también ayuda el mantener las vías respiratorias hidratadas.
- Evitar ambiente demasiado seco. En invierno no poner la calefacción demasiado alta (para dormir no hace falta más de 18-19 ºC), evitar calefacción por aire caliente seco,… o poner un recipiente de agua encima del radiador.
- Los humidificadores, no los suelo aconsejar:
- En sitios húmedos, como Valencia, no suelen ser necesarios.
- No van bien a todos los niños.
- Requieren unos cuidados y una limpieza escrupulosos del aparato para que no se contamine con bacterias y hongos.
- Otras alternativas:
- Balsámicos. Algunos niños pueden mejorar con los parches nocturnos que se pegan en el pijama y que alivian la congestión nasal. Son menos aconsejables algunos productos que se untan en la piel. No se deben usar en menores de 3 años.
- Los productos «naturales» tipo hierbas, infusiones,… no tienen ninguna eficacia demostrada, y aunque sean «naturales» pueden tener efectos secundarios.
- La vitamina C no se ha demostrado que evite o mejore los resfriados. Además, las mejores vitaminas son las que se ingieren con los alimentos. No se deben dar suplementos vitamínicos a los niños si no están indicados por un déficit o algún otro problema.
- (
La homeopatía tiene una eficacia más que dudosa, y en cualquier caso, sólo serviría para casos leves, en los que en realidad no se necesita ningún tratamiento. Veo que muchas veces los padres lo dan «por darle algo al niño que está siempre con mocos», lo cual no me parece adecuado.) Adenda (marzo-2017): Puesto que han pasado dos años desde que se escribió este artículo, mi mayor conocimiento sobre el tema de la homeopatía, me lleva a afirmar que: no tiene ninguna base científica y ningún estudio serio ha demostrado eficacia alguna; por lo que no deja de ser una «superchería». - La cebolla. Aquí puede haber opiniones para todos los gustos. En mi experiencia he visto casos en que la cebolla mejora (aunque sea parcialmente) la tos por sequedad de las vías aéreas. La explicación sería que la cebolla induce la secreción fluida de las vías aéreas, así éstas se mantendrían húmedas y turgentes y el moco se moviliza más fácilmente.
NO dejéis de consultar al pediatra si los mocos y la tos, o algún otro síntoma os preocupa, pero NO os obsesionéis con el tema de los mocos; como dice un compañero: «los mocos y los niños crecen juntos».
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