Las vitaminas, los estimulantes del apetito, los complejos nutritivos,… para el niño que no come, ¿cuándo son necesarios?
Actualizado: enero 2021
La respuesta es simple: casi nunca.
¿Por qué?
Para empezar, si un niño no come hay que averiguar la causa de que no coma y tratarla. Si realmente no come (por un problema digestivo, por una infección,…), las vitaminas, o los estimulantes del apetito no son la solución, y en cualquier caso van a servir de muy poco.
Muchas veces sucede que resulta que el niño sí que come, pero no come cómo, cuándo y lo qué a los padres les gustaría. Entonces estamos ante un problema de actitud del niño y los padres ante la comida. Es pues un problema de conducta, de educación de hábitos,… Así que tampoco las vitaminas, los estimulantes del apetito o los complejos nutritivos van a servir de algo. En este caso hay que replantearse la forma como la familia afronta el tema de las comidas del niño.
(Podéis leer mis artículos sobre el niño que «no come», y qué hacer para que coma mejor.)
¿Cuándo se usan entonces las vitaminas?
Las vitaminas se deben utilizar cuando hay algún déficit vitamínico. En el mundo desarrollado los pediatras sólo vemos déficits vitaminícos cuando son secundarios a alguna enfermedad (malabsorción intestinal,…).
En la actualidad, las vitaminas se usan sistemáticamente en los siguientes casos:
Vitamina K que se administra al recién nacido en el mismo paritorio para prevenir la enfermedad hemorrágica del recién nacido (pincha aquí si quieres saber más).
Vitamina D: la ESPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica), recomienda un suplemento de 400 Unidades/día durante el primer año de vida para prevenir el raquitismo, y también porque la vitamina D cumple otras funciones importantes.
Los niños vegetarianos estrictos necesitan un suplemento de Vitamina B12 (y puede que de hierro y zinc).
Ácido fólico en embarazadas para prevenir algunas anomalías congénitas del tubo neural (espina bífida,…).
¿Quiere eso decir que los complejos vitamínicos no se deben tomar nunca?
No. En niños concretos y en ciertas circunstancias (convalecencia prolongada, problemas digestivos, infecciones de repetición…), puede ser conveniente un suplemento vitamínico. El pediatra debe valorar cuándo está indicado.
En cualquier caso, las mejores vitaminas son las que se ingieren con una alimentación variada y saludable. Y por cierto, los zumos comerciales con «vitaminas añadidas» no sirven.
¿Y si le damos un estimulante del apetito?
Los estimulantes del apetito suelen llevar Ciproheptadina, o un derivado, asociado a veces a otras sustancias. Esta sí que tiene un efecto estimulante del apetito, pero también efectos secundarios. Por lo que no se deben usar sin una causa que lo justifique, y no está recomendado su uso en menores de 2 años.
Pero al igual que con las vitaminas, en niños concretos con problemas concretos pueden tener su indicación, generalmente por un período corto de tiempo.
La paradoja de los complementos nutricionales
Se da la paradoja de que en una sociedad donde hay exceso de comida y el verdadero problema de salud es la obesidad infantil, en la televisión se hace publicidad de complejos nutritivos «para el niño que se deja la comida en el plato»,…
El mensaje que trasmite este tipo de publicidad es muy pernicioso. En el «niño que no come» estos complejos nutritivos ni son recomendables ni resuelven el problema. Es más, dan la falsa sensación a los padres de que ya se ha resuelto el problema, «como se está nutriendo bien gracias a xxxxxxx», pues ya está. Y se elude la responsabilidad de abordar el fondo de la cuestión: que el niño no está «aprendiendo» a tener una relación natural con la comida ni a comer bien.
Entonces, «¿qué le damos?,… nuestro hijo no come nada»
Si pensáis que vuestro hijo no come lo que necesita, consultad con el pediatra, acudid a las revisiones de salud. En consulta se valora el desarrollo, el estado nutricional; y si hay «problemas» con la comida se descartar que se deba a una enfermedad.
Si todo está bien, habrá que valorar el tema de la actitud respecto a la comida, del niño y los padres, ver dónde está el conflicto y establecer una estrategia para resolverlo.
Si realmente se demuestra que vuestro hijo no come lo suficiente, consultad con el pediatra para averiguar la causa y actuar en consecuencia. Es posible, que en ese proceso vuestro hijo precise vitaminas, un suplemento o lo que sea, el pediatra os lo indicará.
No vayáis al pediatra (o a la farmacia) a pedir «unas vitaminas» porque vuestro hijo no come!
Actualizado: enero 2021
Referencias principales:
The Normal Child, RS Illingworth; 9th Ed
Pediatric Nutrition, 2019, 8 th Edition. American Academy of Pediatrics