Los niños pequeños pueden estar siempre con mocos, sobre todo si acuden a guardería o tienen hermanitos más mayores; pero NO siempre hay que tratarlos.
Los mocos cumplen una función defensiva; y en cualquier caso, son sólo un síntoma. Si el niño no está molesto con los mocos, y éstos y la tos no le impiden comer y dormir, desde luego no necesita ningún medicamento.