Vuestro hij@ se alimenta solo de pasta. Tenéis un niño que no quiere probar nada, pero está todo el día enganchado a un biberón,… Algo habrá que cambiar, ¿no creéis?
Los siguientes son 4 errores que veo con frecuencia en la consulta, y algunos consejos para corregirlos.
1. Darle de comer siempre lo mismo, «… como es lo único que le gusta»
Es frecuente que un niño que «no come bien», las madres (los padres también), acabáis dándole aquello que sabéis que le gusta porque «así por lo menos come algo». Le ofrecéis siempre lo mismo, porque sabéis que eso sí se lo come,…
Muchas veces ni siquiera intentáis ofrecerle algo nuevo, porque pensáis que «…, eso no le gustará, no se lo va a comer».
Así se fomenta el que el niño se haga cada vez más selectivo y acabe comiendo 2 o 3 cosas.
¿Cómo mejorar esta situación?
Para que un niño coma más variedad las claves son:
- Primero, no forzar nunca ni obligarle a probar algo. Si lo hacéis el rechazo será aún mayor. Esto se debe hacer desde que se empieza en el bebé con la alimentación complementaria.
- Ofrecer variedad, en pequeñas cantidades, mezcladas a veces con cosas que le gustan. Ofrecedle cosas nuevas, que no ha probado, y no os deis por vencidos, intentadlo varias veces (puede que necesite muchos intentos). Y no decidir por él de antemano, «no, esto no porque no le va a gustar…»
- Los padres debéis dar ejemplo. Una buena manera de fomentar la variedad es sentar al niño a la mesa cuando estáis comiendo (desde bien pequeño), y que vea lo qué coméis y cómo coméis. Los niños son curiosos e imitadores por naturaleza; si le dejáis un poco a su aire, acabará probando cosas que ve en la mesa y que os ve comer.
Que no os importe la cantidad de lo que come. Es mucho más importante la variedad que la cantidad.
2. Darle muchos lácteos.
La leche, y los lácteos, son un alimento importante en la alimentación, pero siempre que no sea a costa de no comer otras cosas.
Cuándo el niño «come mal» una comida, le acabáis ofreciendo un biberón de leche (con cereales) y así «se alimenta algo». Así que tras cada comida, o intento de comida, el niño acaba tomándose un biberón de leche con cereales; el niño lo aprende, y por tanto siempre comerá poco o nada de lo que le pongáis primero.
Algunos niños lo llevan hasta el extremo de que apenas comen durante el día, y por la noche se zampan 3-4 biberones de 250 ml. Claro, así ya apenas necesita comer durante el día.
Me refiero aquí a niños que ya tienen más de 14-15 meses. En bebés de menos de 1 año la leche (materna preferiblemente) o de fórmula, es el alimento más importante.
La versión en el niño más mayorcito, es que tras la «frustrada» comida siempre acaba con un petit-suisse, unas natillas, un batido, o un yogur (éste último sería al menos la opción más saludable), y que en realidad no come él, se lo acaba metiendo la madre, el padre o la abuela,…
¿Cómo mejorar esta situación?
La clave está en no ofrecerle la leche o el lácteo después de la comida que «no ha hecho bien». No pasa nada que se salte una comida o dos; comer es un instinto primario muy potente, habiendo comida ningún niño sano va a pasar hambre voluntariamente.
3. Los zumos y bebidas azucaradas en general
Aquí la publicidad ha hecho mucho daño. Los zumos comerciales son básicamente agua y azúcar (aunque vengan con algunas vitaminas). Son fáciles de dar, los niños se los suelen tomar bien, y la publicidad hace creer que son un producto sano, pero no lo son. Nunca sustituyen a la fruta.
Incluso puestos a elegir, es mejor que coma fruta entera (con su fibra, etc.) que el zumo natural de la fruta, que en definitiva es azúcar que entra «demasiado fácil». La fruta entera por su fibra, por tener que masticarla,… es más saludable, el azúcar se absorbe más lentamente y tiene más efecto saciante.
4. Demasiados productos industriales para «que los niños crezcan bien», «tengan defensas»,…
Aquí la publicidad aún es más dañina. Y de hecho el consumo de todo tipo de productos dirigidos para niños, puede que sea uno de los factores que más estén influyendo en las alarmantes cifras de sobrepeso y obesidad infantil en España.
No hay más que observar lo que comen la mayoría de los niños en un recreo escolar, o en un parque infantil a la hora de la merienda. Productos lácteos azucarados (batidos o similares), zumos comerciales, galletas (la mayoría con demasiado azúcar) y bollería. Todo esto suele tener mucho azúcar, harinas refinadas y grasas.
Además, muchos de estos productos, como galletas, barritas, batidos,… se anuncian con supuestas cualidades: «para que crezcan sanos y fuertes…», «para reforzar sus defensas…», «para sus huesos…», «fuente de hierro»,… A veces aparecen avalados por algún «experto» en nutrición, y por desagracia en ocasiones, hasta por alguna sociedad científica.
En nuestro medio los niños crecen igual (incluso demasiado a lo ancho), y no necesitan «productos» para crecer más sanos y fuertes, ni para tener mejores defensas,… La mayoría son productos muy procesados, casi siempre con demasiados azúcares, por lo que los niños se los comen muy bien, con facilidad, se absorben rápido, tienen menos efecto saciante, etc. todos ellos cualidades poco deseables. Además la publicidad y la accesibilidad a ellos en los supermercados los hacen «deseables»,… Otro factor más para favorecer su consumo excesivo.
Los suplementos nutricionales tampoco sirven para el niño «mal comedor».
¿Cómo mejorar esto?
Algunos consejos útiles:
- No ofrecer (y no tener en casa), bollería, galletas con mucho azúcar, batidos, etc. Tampoco prohibir, si muy ocasionalmente come algunos de estos productos no pasa nada, pero prohibir puede aumentar el deseo de comerlo,…
- Ofrecer para almuerzo y/o merienda, fruta + un bocadillo pequeño (si es de pan integral mejor) o un lácteo no azucarado.
Si vuestro hij@ «no come bien», consultad con el pediatra. Enseñar a comer bien es un gran regalo que podéis hacer los padres a vuestros hij@s.
Dos lecturas muy recomendables:
No dejes que la publicidad alimente a tus hijos
¿Crees que tus hijos se alimentan bien?
Si vuestro hijo come mal en general, si os da muchos problemas para comer, leed primero los artículos previos: el niño que no come, y cómo hacer para que coma mejor.