El mensaje de que estamos ante una verdadera «epidemia» de obesidad infantil puede estar empezando a ser cansino, pero es una realidad de graves consecuencias.
Prevenir la obesidad y el sobrepeso infantil es muy importante, y debería ser una prioridad.
Hay muchos factores que contribuyen a esta «epidemia», y muchos no dependen de vosotros, los padres. Pero algunos sí.
Así que voy a intentar explicaros algunas medidas sencillas, o no tanto, que los padres podéis llevar a cabo para evitar la obesidad de vuestros hijos cuando son pequeños, que es el momento ideal.
Si tenéis poco tiempo para leer, en la infografía tenéis el resumen (leed también la reflexión final). Pueden parecer fáciles, pero es complejo aplicarlas y mantenerlas porqué vivimos en un ambiente que muchas veces favorece lo contrario: el «ambiente obesogénico».
Dos respuestas que muchas veces me dan los padres en la consulta cuando intento explicar esto de la prevención:
«Ah, pero si es aún un bebé».
«No, pero si mi hijo está muy delgado, y el problema es que no come»
Seguid leyendo y veréis porqué esas afirmaciones no son apropiadas.
Hay que empezar pronto
Las bases del sobrepeso se asientan desde el nacimiento, incluso antes con la alimentación de la madre, el aumento de peso en el embarazo… Pero igual en esto último ya no podéis influir.
Lo recomendado:
- Lactancia materna exclusiva 6 meses (y con complementaria todo el tiempo que se quiera). Hay una gran evidencia científica de la lactancia materna como factor protector de la obesidad infantil.
- En el caso de que se haya recurrido a la lactancia con leche de fórmula:
- Mejor utilizar leches con menor contenido en proteínas. Incluso usar una fórmula 1 todo el primer año.
- No alimentar al bebé siempre que llora. Muchas veces puede necesitar simplemente consuelo, que lo cojan,…
- Dejar el biberón después del año de edad.
Momento alimentación complementaria: muy importante.
Muy importante por la actitud de los padres respecto al acto de comer su hijo, y porqué se van a ir estableciendo los hábitos de alimentación.
Os resumo los puntos más importantes en la Alimentación Complementaria (tenéis un artículo recopilatorio de la AC aquí: «Alimentación del bebé en 2018, ¿es más difícil hacerlo bien ahora?»):
Respecto a la actitud, recordad que la fase de alimentación complementaria es más de educar que de nutrir (le sigue alimentando la leche en su mayor parte):
- Ofrecer, nunca forzar, la comida; sea triturado, o sea comida a trocitos (tipo BLW). Cuando claramente cierra la boca, gira la cara, pone la mano delante, dejadlo tranquilo.
- No «meter» la comida con distracciones. En este caso no aprenden a reconocer, ni los padres a respetar, las señales de saciedad y hambre.
La «filosofía» del BLW también se puede aplicar a la alimentación con triturados.
Los hábitos alimentarios se van estableciendo en esta etapa:
- Hay que ir ofreciendo los distintos tipos de alimentos: frutas, verduras, pescado,… para que vaya aceptando sabores y texturas. No tiene que comer de todo; se van probando cosas.
En relación a los cereales clásicos de bebé, muchas veces no son necesarios, como os explico en detalle en este artículo: alternativas a las papillas de cereales «clásicas» para bebés
Alimentos a evitar y alimentos a favorecer
Esto es fácil de decir, más difícil de llevar a la práctica.
Centrarse en EVITAR:
- Bollería (galletas incluidas), dulces,…
- Alimentos con alta densidad de calorías: muchos platos preparados industriales, ultraprocesados,…
- Bebidas azucaradas, incluido zumos (aunque sean naturales; mejor fruta entera). Nada de zumos en menores de 1 año, y sólo para consumo esporádico, aunque sea zumo 100 % natural, en menores de 2 años.
Cuidado con el exceso de tomas nocturnas (excepto si toma lactancia materna). Esto lo debe valorar el pediatra según edad y situación de cada niño.
Cuidado también con esos cereales en el biberón (casi siempre innecesarios).
Y centrarse en FAVORECER:
- Llegar al mínimo de 5 porciones de frutas y verduras al día. Ello supone:
- Unas 3 veces fruta: en desayuno/almuerzo mitad mañana, merienda y como postre de la comida o cena.
- Y que haya algo de verdura en las dos comidas principales.
En edades tempranas es más importante centrarse en que haya algo de fruta y verdura, aunque sea muy poca cantidad (estamos hablando de bebés y niños muy pequeños).
La idea es que ese objetivo de un mínimo de 5 porciones de frutas y verduras se vaya estableciendo a lo largo del segundo año. Un bebé de 9 meses no tiene que haber llegado a eso aún.
Nada de pantallas
Por debajo de los 2 años de edad se recomienda cero tiempo de pantallas. Cero es cero.
Favorecer el juego libre activo. Al aire libre cuando se pueda. Los niños pequeños son activos por naturaleza, no es difícil proporcionar el ambiente que favorezca esa actividad.
Las pantallas ayudan a que «se estén quietos»; algo que puede gustar según en que momentos a los padres, pero que no es nada conveniente.
Sueño
La relación entre menos horas de sueño, hábitos de sueño inadecuados, que se consolidan en los 2 primeros años, también se ha relacionado en varios estudios con el riesgo de obesidad.
Lo cierto es que vivimos en una sociedad con muchas distracciones y presiones para no tener un horario de sueño adecuado y estable, que también afecta muchas veces a los bebés. O los padres llegan tarde a casa, o lo recogen de casa los abuelos y se les duerme 20 minutitos en el coche a las 7 de la tarde, o no todas las tardes/noches tienen el mismo horario,…
Ya sé que no es fácil conciliar la vida que llevamos con hábitos y horarios estables, que a los bebés les viene muy bien, pero a veces hay que replantearse algunas cosas e intentarlo.
Reflexión final
No veáis todos estos consejos como una «presión» más, a las muchas que ya tenéis; que parece que vivimos en una sociedad en la que hay que hacerlo todo perfecto.
En realidad, estas medidas os pueden ayudar a parar un poco, pensar, y dedicar un tiempo precioso (que pasa muy rápido) a disfrutar de la crianza de vuestros hijos. Y además les estaréis haciendo un gran regalo: prevenir el exceso de peso, con todo lo que ello conlleva.
Algunas referencias:
The Role of the Pediatrician in Primary Prevention of Obesity.