A partir del año de edad, ¿qué leche es más aconsejable?, ¿puede tomar ya leche de vaca o es mejor una leche de crecimiento?
La respuesta a la primera pregunta es fácil: la leche más aconsejable para un niño de más de un año es la leche materna, que se puede prolongar hasta los 2-3 años o más, si la madre quiere/puede y el niño quiere (tal como recomienda la OMS y la AEP).
A la segunda pregunta, si es mejor la leche de vaca o una leche de crecimiento, es más difícil responder sin entrar en matices, porque se puede ver de dos maneras:
Una, es que si la leche materna es la más recomendable, en el niño que ya no la toma, la leche más adecuada sería aquella que se parece más a la leche materna. Entonces una leche de crecimiento (incluso una fórmula de continuación para bebés), sería lo más aconsejable.
Dos, dado que a partir del año la leche pasa a ser un alimento más (aunque importante), habría que tener en cuenta que otras cosas come el niño. Es decir, que debería ser una recomendación «personalizada».
Según un informe de la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria): «Las leches de crecimiento no aportan ningún valor adicional en una dieta equilibrada.»
Pero…
Pero, ¿qué dice la realidad?
Según el estudio ALSAMA los niños españoles de menos de 3 años comen demasiadas proteínas, pocos ácidos grasos poliinsaturados, poca vitamina D y poco hierro (aunque este último parámetro es bastante variable)… Más o menos parecido sucede en los demás niños europeos (EFSA).
¿Cómo poner remedio?
La educación nutricional es el principal remedio.
Pero la educación nutricional requiere tiempo, recursos,… y sobre todo, hay que ponerla en práctica. La realidad es que no siempre es fácil, en un mundo acelerado, madres y padres muy ocupados, con una avalancha de información nutricional a veces contradictoria, o confusa, y muchas veces manipulada por la publicidad,… Por diversos motivos no siempre se lleva a la práctica.
¿Qué importancia tiene la leche para los niños pequeños?
La leche es un alimento completo, bastante equilibrado nutricionalmente, y es importante por su aporte en calcio, más difícil de conseguir en cantidad adecuada con otros alimentos. Aunque no es imprescindible, como explico aquí.
La leche es un buen alimento para quien no tiene ningún problema en particular con sus componentes. Y aunque está de moda acusar a la leche de vaca de muchos males, esto no está respaldado por ningún estudio científico (para saber más al respecto pincha aquí).
También hay que tener en cuenta, que aunque un niño pequeño coma variado, las cantidades de comida son pequeñas (lógico).
¿Son las leches de «crecimiento» sólo marketing?
Sí y no.
No me gustan las posturas simplistas de que todo lo que hace la industria es «malo» y solo marketing. Las leches de crecimiento son elaboradas como un paso intermedio entre la fórmula de continuación y la leche de vaca normal. Y no todas son iguales.
¿Qué aporta una leche de crecimiento diferente de una leche de vaca normal?
Para empezar no todas las leches de crecimiento son iguales. Así como, las leches infantiles de inicio (de 0 a 6 meses) y de continuación (a partir de los 6 meses) tienen que seguir una regulación y unas recomendaciones sobre sus componentes (recomendaciones ESPGHAN, y legislación), no hay unas recomendaciones ni una normativa precisa para etiquetar un producto lácteo como «leche de crecimiento». Pero en general una leche de crecimiento debería tener diferencias importantes respecto a la leche de vaca, como las que se detallan a continuación.
Cuando se elige una leche de crecimiento debería cumplir estas características :
- Menos cantidad de proteínas (2 g/100 ml, que es más cercana a la leche humana que a la de vaca).
- Grasas vegetales, con más porcentaje de insaturadas.
- Hierro
- Vitamina D (generalmente bastante más que cualquier leche de vaca normal)
- Algunas contienen DHA, un componente importante que está en la leche materna (y no en la de vaca), que contribuye al desarrollo cognitivo,…
- No tener azúcar añadido (hidratos de carbono alrededor del 5-6 gr/100 ml)
Se deben evitar aquellas leches que llevan añadidos como cereales, galleta, «fruta», etc. que suponen un aumento considerable de calorías (estás deberían estar alrededor de 60-70 Kcal/100 ml).
En resumen:
En un mundo ideal: leche materna + alimentación variada rica en fruta, verduras y hortalizas, y pescado, es lo mejor para el niño de más de un año.
En el mundo real: muchos niños no toman lactancia materna al año de edad, y en muchos de ellos la alimentación es excesiva en proteínas y escasa en varios nutrientes. En estos casos la leche de crecimiento tiene menos proteínas y aporta algunos nutrientes importantes. Tiene el inconveniente de que es más cara.
Hay quien opinará que no es correcto suplir con una leche «artificial» lo que no se consigue con una alimentación equilibrada, que hay que insistir en la educación nutricional.
Es cierto, y los padres debéis seguir educando, y dando ejemplo, en buenos hábitos nutricionales.
Y más o menos es lo que viene a decir la ESPGHAN en su último position paper al respecto:
«… Así pues, el Comité de Nutrición de la ESPGHAN sugiere que basándose en la evidencia disponible no hay necesidad de que los niños de 1 a 3 años consuman leches «de crecimiento» [traducción libre de «young child formulae»] de forma rutinaria, pero pueden utilizarse como parte de una estrategia para aumentar la ingesta de hierro, vitamina D, y ácidos grasos poliinsaturados n-3 y disminuir la ingesta de proteínas… Otras estrategias para optimizar la ingesta nutricional incluyen la promoción de una dieta variada saludable…» (Ref.: J.Pediatr Gastroenterol Nutr 2018 Jan; 66: 177-185: Young Child Formula: A Position Paper by the ESPGHAN Committee on Nutrition)
*Artículo actualizado: Marzo 2018
Otras referencias:
Sobre la importancia del calcio: https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002412.htm
Otro punto de vista: http://scientiablog.com/2013/11/06/leches-infantiles-de-crecimiento-son-necesarias/