La convulsión febril asusta mucho a los padres, … os pilla por sorpresa. Pero es un episodio casi siempre benigno; lo importante es saber cómo actuar.
La convulsión febril es un episodio de pérdida de conciencia repentina asociado a fiebre, generalmente con rigidez del cuerpo y/o movimientos repetidos (como sacudidas) de brazos y piernas; o a veces gran flacidez del cuerpo, y con desviación de la mirada (ojos en blanco). Este episodio dura unos pocos minutos (menos de 5), y luego el niño queda en un estado somnoliento durante un rato.
PUNTOS CLAVE:
- La convulsión febril es una pérdida de conocimiento asociada a fiebre.
- Cede por sí misma en pocos minutos.
- Es benigna, no produce ningún daño ni a corto ni a largo plazo.
- Lo importante es saber que está causando la fiebre.
- Mantener la calma (en la medida de lo posible), saber que hacer mientras el niño está con la convulsión, y acudir tranquilamente al pediatra o a urgencias.
¿Qué se puede hacer si vuestro hij@ con fiebre empieza a convulsionar (o pierde el conocimiento)?
Sabiendo que es un proceso benigno y que va a ceder en breve, INTENTAD MANTENER LA CALMA.
- Poned al niño tumbado de lado (por si vomita), en un sitio donde no pueda hacerse daño.
- Bajarle la fiebre no parece servir de mucho en la convulsión febril; para cuando le baje habrá cedido la crisis. Quitadle algo de ropa; pero puede ser difícil administrar un antitérmico (por boca está difícil, y es muy posible que no tengáis un supositorio de Febrectal® a mano).
- No hay que darle golpes al niño, zarandearlo, cogerle la lengua,… ni nada de eso.
- Acudir al pediatra o a urgencias, para confirmar el diagnóstico y averiguar la causa de la fiebre.
Si vuestro hijo tiene una segunda convulsión febril, al menos ya no os cogerá por sorpresa, pero la forma de actuar es igual. Para averiguar la causa de la fiebre conviene consultar, pero no hace falta que sea de forma urgente, salvo que la fiebre se acompañe de signos preocupantes (ver aquí).
¿Qué NO es una convulsión febril «típica» y requiere acudir a URGENCIAS sin demora?
- Convulsión que dura más de 15 minutos (aunque es lo que dicen las guías clínicas, no se de ningún padre que pueda estar viendo a su hijo convulsionando 15 minutos!!! sin salir corriendo para urgencias).
- Convulsión con sacudidas de medio cuerpo sólo,
- Niño muy irritable, con dolor de cabeza intenso, con vómitos repetidos,…
- Convulsión que aparece al 2º-3º día de fiebre.
- Convulsión febril en un niño menor de 12 meses, o mayor de 5 años.
Si quieres saber más sobre las convulsiones febriles sigue leyendo.
¿Por qué se produce la convulsión febril?
No se conoce la causa exacta. Es una forma de reaccionar el cerebro cuando hay fiebre. Pero se sabe que tiene una cierta base genética (es más frecuente si alguno de los padres o un hermano ha tenido convulsiones febriles).
Afecta a los niños entre los 6 meses y los 5 años. Y es bastante frecuente: 3-5 % de los niños tienen una convulsión febril.
Los síntomas son los descritos arriba, pero también puede haber otros como labios morados, boca apretada, vómito, orinarse,… El síntoma que siempre se da es la pérdida de conciencia. Los demás pueden variar.
Muchas veces es el primer signo de que el niño está con fiebre.
¿Puede repetir la convulsión febril?
En un 30 % de los niños las convulsiones febriles pueden repetirse cuando el niño tenga fiebre en otras ocasiones. Esto es más probable que suceda is hay antecedentes familiares de convulsión febril, y si la primera convulsión febril apareció muy pronto (en el primer año), o si la primera convulsión febril no fue típica.
¿Qué se puede hacer para prevenir la convulsión febril?
Pues muy poco. La fiebre se tratará igual. No se ha demostrado que el tratamiento con antitérmicos pueda prevenir la convulsión; sobre todo, teniendo en cuenta que la convulsión si aparece, lo suele hacer al poco de iniciarse la fiebre.
Yo intento trasmitir a los padres que no se obsesionen con la temperatura del niño, que no suele servir de nada estar tomando la temperatura a toda hora; y que no hay que acabar con una «fiebre-fobia». No hay que olvidar que la fiebre suele ser un mecanismo de defensa.
Algunos entonces me preguntan: «y ¿qué pasa si la convulsión le da por la noche durmiendo y no nos enteramos?…» Pues probablemente nada. Es lógico pensar que esto habrá pasado en ocasiones sin que los padres se hayan dado cuenta, pero al ceder espontáneamente y ser benigna, no se haya detectado nada.
¿Sirve de algo tener un medicamento para tratar la convulsión febril si reaparece?
Cuando el niño ha tenido una convulsión febril, a los padres se les suele dar una medicación anticonvulsiva (suele ser Diazepam rectal) por si repite la convulsión. Por suerte al 70 % de ellos les caducará sin usarla.
Sobre si esta medida es correcta o no hay cierta controversia. En principio no parece muy adecuado dar una medicación como esta para algo que es benigno y que cede espontáneamente en pocos minutos. Pero a algunos padres les puede dar cierta «tranquilidad» saber que cuentan con ella. El pediatra deberá valorar en cada caso y de acuerdo con la familia decidir lo más adecuado.
¿En un niño con convulsión febril hay que hacer análisis, electroencefalograma,…?
No, casi nunca. Sólo en aquellos casos de convulsiones atípicas o que repiten varias veces se valora hacer otras cosas.
¿Qué consecuencias puede tener a largo plazo la convulsión febril?
Por definición la convulsión febril no produce ningún daño cerebral. Los niños con convulsión febril no tienen más incidencia de alteraciones de la conducta, o peor rendimiento escolar, o problemas de atención o cognitivos.
Sí que hay una mayor frecuencia de epilepsia en niños que han tenido convulsión febril. Pero esto parece que se debe a que en estos niños su cerebro tiene una forma de reacción similar ante ciertos estímulos (la fiebre u otros), no a que la convulsión febril cause la epilepsia. Los niños con convulsión febril tienen más riesgo de epilepsia si hay antecedentes familiares epilepsia, o las convulsiones febriles son complejas o atípicas.
¿Qué se puede hacer en el niño que repite las convulsiones?
En principio, no se da ningún tratamiento anticonvulsivo contínuo para un niño con convulsiones febriles típicas, aunque repitan. Es muy discutible el dar una medicación anticonvulsiva (con posible efectos secundarios serios) para un proceso benigno y sin consecuencias a largo plazo. Tampoco en los casos con más riesgo de tener epilepsia a largo plazo se ha visto que tenga efecto preventivo.
En algunos casos se valora dar un anticonvulsivante pautado (suele ser Diazepam, cada 8 horas) cuando el niño se pone con fiebre. Pero en general no se recomienda por la posibilidad de efectos secundarios, y porque se pueden enmascarar otros síntomas.
En el niño con convulsiones de repetición o con características atípicas habrá valorar cada caso.