Entender el temperamento de vuestro hijo es fundamental para ayudarle a ser feliz y para que disfrutéis de su crianza.
¿Qué es el temperamento?
Es la forma de ser con la que nace un niño. El temperamento es la forma en que responde el niño frente a los estímulos externos, y frente a sus propias emociones.
Es importante entender dos cosas respecto al temperamento:
- Las características que forman el temperamento de vuestro hijo son innatas, suelen tener un gran componente genético, se manifiestan ya desde los primeros días/semanas, y cambian muy poco con el tiempo. Aunque el temperamento sí que se modula y se matiza con las experiencias, la educación y la relación con los demás, para formar el carácter y la personalidad.
- Que esas características del temperamento no son en sí mismas buenas o malas, pero la manera en que las veis y abordáis los padres, sí que influyen mucho en que la conducta del niño se adapte al entorno o choque con él, y también en que el niño las vea como buenas o malas. Por ejemplo un niño muy activo e inquieto, encajará bien en una familia donde los padres son también muy activos; pero chocará bastante si los padres tienden a ser más tranquilos y poco activos.
¿Por qué es importante que los padres conozcáis el temperamento de vuestro hijo?
Entender cómo es vuestro hijo os va ayudar mucho en su crianza, por varios motivos.
Por un lado, entender el temperamento de vuestro hij@, os ayudará a aceptarlo cómo es, y por tanto a trabajar con sus características, en vez de en oposición a ellas. Esto os va a ser muy útil en el día a día. Entender cómo reacciona vuestro hijo os va a orientar en cómo educarle de la mejor manera, y en cómo podéis enseñarle a que sepa utilizar esas características de su temperamento para entender y enfrentarse al mundo.
Es también fundamental conocer cómo es vuestro hijo para educarle en inteligencia emocional; es decir, para que él entienda y aprenda a manejarse con sus propias emociones y sentimientos.
Por otro lado, vosotros mismos vais a tener la sensación de que lo estáis haciendo bien. Gracias a que le entendéis mejor, vais a tener una mejor relación con él, y vais a poder apreciar la singularidad de vuestro hijo.
Todo ello contribuye sin duda a una estupenda relación familiar, y estaréis sentando las bases para que sea un niño feliz.
Por último, también es importante entender el temperamento de vuestro hijo para no atribuir ciertos rasgos del temperamento a un «problema de conducta». Porque cuando esto sucede, se suele acabar o bien culpando a los padres (o ya se culpan ellos mismos) de no saber «educar» o manejarse con su hijo; o bien se le intenta etiquetar de algún proceso patológico (déficit de atención, hiperactivo, rasgo autista,…).
Rasgos del temperamento
Los estudios realizados por psicólogos llevan a definir una serie de características que definen el temperamento:
Siempre teniendo en cuenta que cada niño es único, y que no se trata de «clasificar» a vuestro hijo, si no de ver qué tipo de temperamento tiene para que os ayude a: primero aceptarlo como es, y segundo, a adaptar vuestra forma de crianza y educación. Se suelen distinguir 3 tipos de temperamento (4 tipos en algún estudio):
Fácil-adaptable: sonríe con facilidad, es tranquilo, suele tener ritmos biológicos (comer, dormir,…) bastante regulares, acepta los cambios sin problemas, reacciona con moderación a los estímulos, incluso cuando se queja lo hace de forma moderada,…
Activo-Intenso: muy movido, intenta cogerlo todo, muy curioso, cabezota, muy sensible a estímulos, reacciona con intensidad, poco atento,…
Lento en adaptarse: le gustan las rutinas, le cuesta aceptar los cambios, requiere su tiempo, pero se acaba adaptando; suele ser tímido, no muy activo,…
Insisto estos tipos tienen todas las variantes y matices posibles propios de cada individuo.
¿Qué características debéis observar los padres?
Vamos a empezar por los bebés, ya que es importante que os fijéis desde el principio. Estas son algunas características que podéis observar fácilmente los padres:
Actividad: cantidad de movimiento que hace el bebé. ¿Se mueve mucho durante el sueño, o cuando lo estáis cambiando?, o ¿tiene un sueño tranquilo y se deja cambiar plácidamente?
Estado de humor: ¿sonríe con frecuencia?, ¿suele estar contento?, o ¿está casi siempre como enfadado, quejándose?,…
Irritabilidad y frustración: ¿llora o se enfada fácilmente con cualquier cosa (un ruido, que alguien hable fuerte, al cambiarle el pañal…)?; o bien ¿llora como si lo estuvieran matando cuando algo le molesta (hambre, pañal mojado,…)? o ¿se queja poco y llora con poca intensidad?; ¿cómo responde cuándo no puede alcanzar un juguete?
Atención y perseverancia: ¿cómo se fija en algo nuevo?, ¿es fácil llamar su atención con algo cuándo está enfadado?, ¿es muy persistente cuándo quiere coger algo, o «llamar la atención», o se da por vencido con facilidad?
Adaptación a los cambios: ¿cómo acepta las cosas o las personas nuevas?, ¿cómo se adapta cuándo se cambia una rutina?, ¿bien o no le gustan los cambios?,…
Regularidad: ¿ha cogido pronto horarios más o menos regulares para dormir, comer, defecar…?
En resumen: tratad de «leer» las necesidades de vuestro bebé, como se comporta, cómo reacciona,… os aseguro que os va a resultar muy gratificante, y os va a ser muy útil para su crianza y para que le ayudéis a ser feliz.
En el próximo artículo os doy algunos consejos para cada tipo de temperamento.
Fuentes principales de información:
2.Teaching Parents About Infant Temperament (Carey WB; Pediatrics, 1998; 102 (5 suppl E): 1311-1316)
3.Horas y horas de observación y charla con las madres y los padres en la consulta.