Educar a los hijos en el consumo «responsable» es una labor fundamental de los padres,… y en la sociedad actual de exceso de oferta y de satisfacción inmediata, supone casi siempre remar contracorriente.
Es un esfuerzo añadido para padres, que ya tienen poco tiempo y muchas veces les pilla cansados. Pero es importante.
«las personas se sienten felices por cómo son y cómo se relacionan con los demás, no por lo qué tienen»
Para empezar, una historia real: Una vez en la consulta unos padres me comentaron lo que habían aprendido con el cumpleaños de su hijo de 3 años. Habían pensado celebrar 3 cumpleaños (!!!). Uno con los compañeros de la guardería, otro con los abuelos y tíos, y un tercero,-porque les apetecía mucho-, con los amigos. El niño recibió muchos regalos; algunos se quedaron sin abrir. Pero lo que llamó su atención, y les hizo reflexionar, fueron dos cosas. Una, que «ignorando» tantos regalos, en la 2ª fiesta el niño estaba jugando con unas pinzas de colores de tender la ropa. Y la otra, ya en la 3ª fiesta, su hijo, que normalmente era tranquilo, empezó a incordiar, a portarse mal,… Lo que el niño realmente quería era que su padre o su madre jugasen con él.
Los niños necesitan pocas cosas materiales, pero sí necesitan que sus padres pasen tiempo con ellos.