Film transparente, fiambreras, tápers(*), latas,… En los últimos años está aumentando la preocupación por los posibles efectos sobre la salud de estos plásticos alimentarios. ¿Qué debéis saber las familias?
Para empezar quiero dejar bien claro que no nos estamos envenenando.
En los países desarrollados estamos comiendo con más seguridad que nunca en toda la historia de la humanidad. (Otra cosa es si elegimos las opciones más saludables; pero ese ya es otro tema…). Se vigila constantemente cualquier aspecto en relación con la comida y que pueda suponer un riesgo para la salud, sea por contaminación biológica o química.
También quiero resaltar que en condiciones normales, la ingesta de estos componentes queda muy lejos de llegar a niveles estimados como tóxicos. Diversas agencias que se encargan de investigar la exposición a tóxicos y de establecer dichos límites de forma minuciosa. Límites que además se revisan periódicamente, según van apareciendo nuevos datos y nuevos estudios. (Para más información: Aditivos alimentarios. AECOSAN )
Además, lo que prima es el principio de precaución, en cuanto hay la más mínima duda, el compuesto se retira.
Así que, mi intención es la de aclarar y aportar algunos consejos prácticos, fáciles de llevar a la práctica.
Me he basado, sobre todo, en un reciente artículo de posicionamiento de la Academia Americana de Pediatría. Y he consultado fuentes de la OMS y la EFSA para ampliar información y corroborar algunos datos (ver referencias al final del artículo).
La Asociación Española de Pediatría ha emitido unas recomendaciones similares aunque solo en relación con la madre lactante.
¿Qué plásticos alimentarios de uso común pueden suponer un problema?, y ¿de qué riesgos estamos hablando?
Son plásticos utilizados en envases, tápers, latas de conserva, film transparente,… Estos plásticos tienen algunos componentes (Bisfenol*, Phtalatos, perfluoalquilos, perclorato,…) que se pueden liberar y pasar a la comida, en mayor o menor medida, según una serie de factores.
(*El Bisfenol A ya fué prohibido en los biberones de plástico en 2011)
Lo tenéis muy bien explicado en este vídeo de la EFSA:
En dosis elevadas algunos de estos compuestos se han relacionado con diversos problemas de salud, como disfunción hormonal, alteraciones inmunológicas, obesidad,…
Como ya he dicho, en condiciones normales no llegamos ni de lejos a las dosis elevadas consideradas tóxicas. Pero también es cierto que existe una cierta preocupación por el posible efecto de dosis pequeñas acumulativas a largo plazo, sobre todo en lo que pueda afectar a niños pequeños y mujeres embarazadas.
No voy a entrar en describir de forma pormenorizada los diferentes compuestos y sus posibles efectos. No es el objetivo de este artículo, y puede fomentar temores injustificados.
(Para interesados en los diferentes tipos de plásticos y sus posibles efectos, la Academia Americana de Pediatría en su web para familias os lo detalla. Aquí tenéis el enlace en español: Healthy Children.org)
Recomendaciones para reducir la exposición a plásticos alimentarios.
- Priorizar el consumo de frutas y verduras frescas. Y lavarlas. (Frutas y verduras son de los alimentos menos afectados por estos plásticos, además de ser muy saludables).
- Utilizar en el microondas solamente plástico apto para este uso. Comprobarlo en el etiquetado. O utilizar recipientes de vidrio.
- No lavar los tápers en el lavavajillas. Tampoco se deben lavar usando detergentes muy abrasivos o lejía.
- No reutilizar recipientes de plástico en formas no aptas ello (por ejemplo: puedes congelar alimentos en un envase para helados, pero no se debe usar ese envase para calentar comida en el microondas).
- Utilizar vidrio, cerámica o acero como alternativas al plástico, siempre que sea posible.
- Evitar el contacto directo del film plástico transparente con el alimento si se cocina al horno o en microondas. Tampoco es recomendable el contacto de este film con alimentos muy calientes.
Estas medidas son solo para reducir en parte la exposición a esos componentes, ya que algunos de ellos se encuentran en los propios alimentos o en el ambiente.
Así que en respuesta a la pregunta del título del artículo: ¿es necesario reducir la exposición a plásticos alimentarios en los niños?
Pues a la vista de los datos con los que contamos actualmente, creo que:
No hay que obsesionarse con el tema,- insisto que en condiciones normales las dosis de estos compuestos están muy por debajo de las tóxicas-, pero parece prudente adoptar algunas medidas sencillas para reducir esta exposición, sobre todo en niños pequeños y embarazadas.
Y ya que hablamos de plásticos, creo oportuno recordar que conviene que eduquéis a vuestros hijos en un consumo responsable, y les enseñéis a reciclar.
Un último consejo: en internet hay mucha información falsa y alarmista sobre este tema. Mirad bien la fiabilidad de la fuente de información.
Agradecimiento:
Agradezco la revisión de este artículo a Gemma del Caño (@farmagemma), experta en seguridad y calidad alimentaria. No dejéis de seguir su blog: https://farmagemma.naukas.com/
Fuentes de información principales:
Plastics: Danger where we least expect it. Harvard School of Public Health
EFSA Journal. Perfluoroalkylated substances in food: occurrence and dietary exposure
EFSA Journal. Dietary exposure assessment to perchlorate in the European population
Aditivos alimentarios. AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición).
Materiales destinados al contacto con alimentos. AECOSAN.
(*) Táper es una palabra aceptada por la RAE.