¿Asistimos a una verdadera epidemia de obesidad, o estamos ante una moda mediática?, ¿Es tan mala la obesidad como se dice?,…
La respuesta a ambas preguntas es SÍ:
- Sí, estamos ante una «epidemia» de obesidad. En países desarrollados han ido aumentando mucho los niños con sobrepeso en los últimos 20 años. Ahora parece que esa tendencia se está moderando, pero es que ya estamos con unas cifras altas: 3 de cada 10 niños en España tienen sobrepeso o son obesos.
- Sí, la obesidad tiene consecuencias importantes para la salud. Hay montones de estudios que lo demuestran.
Como padres, ¿qué debéis saber sobre este tema?:
«Que es muy importante prevenir y enseñar a comer bien a vuestros hij@s.»
Y para prevenir hay que entender porque se produce la obesidad y como evitarlo. Tenga vuestro hijo sobrepeso o no, los consejos que os pongo más abajo os pueden ser de utilidad, porque ayudaran a prevenir el sobrepeso.
Para empezar, ¿qué es obesidad y qué es sobrepeso?
La obesidad y el sobrepeso es un exceso de peso (a expensas de la grasa) en relación a la talla, para una edad y sexo determinados. Para eso se compara el peso y talla de un niñ@ con unas gráficas de referencia. También se deben tener en cuenta otros factores como la masa muscular, la constitución esquelética, etc. También se suelen valorar otros índices y el perímetro abdominal.
A los pediatras (a los médicos en general) nos gusta clasificar para entender y tratar mejor los problemas; así, distinguimos sobrepeso, cuando ese peso excesivo no es mucho (entre el percentil 85 y el percentil 95 en las gráficas de Indice de Masa Corporal), de la obesidad, que es cuando ese exceso de peso ya es mayor (más del percentil 97).
¿Por qué se produce la obesidad?
La obesidad es el resultado de la interacción entre nuestra predisposición genética y los factores ambientales. Lo primero ha cambiado poco en cientos de miles de años, pero lo segundo ha cambiado mucho en pocas décadas.
Siempre se ha dicho que el peso de una persona es resultado de la diferencia entre las calorías que se ingieren y las que se gastan, pero no es del todo cierto. El tipo de calorías que se ingieren es mucho más importante: no es lo mismo 200 calorías de azúcar, que 200 calorías de fruta y verduras. Y en el mundo desarrollado es más fácil engordar por:
- Nuestra PREDISPOSICIÓN GENÉTICA: nuestros cuerpos están «diseñados» para ahorrar energía (=acumular grasa); es decir nuestro organismo está predispuesto a engordar. Esto es así, porque durante cientos de miles de años los humanos hemos vivido en condiciones muy duras donde el alimento no estaba disponible en el estante del supermercado; es más, para conseguirlo había que hacer mucho ejercicio (cazarlo o trabajar mucho para recolectarlo). Así pues, nuestros cuerpos también están «adaptados» para moverse (muchas veces buscando esa comida,… que no siempre llegaba). Hasta hace muy poco tiempo (décadas), no existía la comida con la abundancia actual (con alguna excepción histórica temporal). Así pues, de aquellos tiempos difíciles sobrevivieron mejor aquellos individuos que aprovechaban bien los nutrientes y tenían facilidad para acumular grasa. Somos sus descendientes.
- Nuestros FACTORES AMBIENTALES: comida abundante, accesible sin esfuerzo a toda hora, comida con mucho azúcar y sal, comida más refinada y elaborada,… que se absorbe más fácil (= conversión más fácil en grasa). Además no hay que hacer ejercicio para conseguirla, y en general tenemos bastante menos actividad física. Los trabajos son cada vez menos activos, y los niños tienen juegos menos físicos (y más pantallitas,…). La vida es mucho más sedentaria.
No obstante, he de añadir que múltiples estudios sugieren que influyen bastante más en el sobrepeso la alimentación inadecuada que la falta de ejercicio.
No obstante, cada persona es diferente, y la predisposición a engordar no es igual en todos (porque cada genética y la interacción con los factores ambientales varían mucho). Pero no es cierto eso que dicen algunos de que «el agua les engorda». Hay personas que por constitución y metabolismo necesitan menos calorías para funcionar, por lo que el sobrante lo acumulan. Otras personas en cambio, gastan más calorías a igual actividad, por lo que no engordarán tan fácilmente.
Pero como idea clave debe quedaros que:
El 99 % de niños con sobrepeso lo son fundamentalmente por una alimentación inadecuada, en calidad y en cantidad.
Menos del 1 % se debe a enfermedad, problemas metabólicos o endocrinos.
¿Por qué es especialmente importante la obesidad en niños?
Uno: porque la infancia es una etapa muy importante en la que confluyen factores causantes de la obesidad:
- Aunque la tendencia a la obesidad es constitucional/genética, algunos factores que la favorecen se generan en la infancia, especialmente en los llamados «1000 primeros días» de la vida (embarazo + 2 primeros años). En esta etapa es muy importante la alimentación (tanto la cantidad como la calidad), porque influye mucho en cómo se desarrollan las vías metabólicas que manejan los nutrientes, en el acúmulo de células grasas, etc.
- En la infancia también se inician los hábitos de alimentación. Por un lado, en la alimentación del bebé se inician muchos de los problemas de la relación del niño con la comida. No es de extrañar que muchos de los niños con obesidad han sido de más pequeños niños «malcomendores». Son dos caras de la misma moneda.
- Los niños establecen en la familia, y en su entorno, los hábitos de actividad física, que no incluye sólo el deporte, también lo son los juegos y otras actividades.
- Y sobre todo, porque todos los factores anteriores afectan al niño más allá de la infancia. El 70-80 % de adolescentes obesos, serán adultos obesos.
Dos: porque las consecuencias de la obesidad empiezan en la misma infancia:
- El asma y la diabetes son más frecuentes en niños con obesidad. También empieza a aparecer en la infancia el aumento del colesterol, la hipertensión arterial,… todos ellos factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares (que se desarrollan en la edad adulta).
- Problemas de articulaciones, etc.
- Además de problemas psicológicos, de autoestima,…
¿Cómo prevenir la obesidad?
Actualmente hay en todos los medios una avalancha de pautas y programas para alimentarse bien, recomendaciones nutricionales (raro es el día que no sale alguien en algún medio explicando y recomendando la dieta mediterránea,…), hay múltiples consejos para un «estilo de vida» saludable del niño (y de toda la familia), recomendaciones de actividad física,… hay una verdadera «infoxicación».
Pero, ¿estamos siguiendo estas recomendaciones? A la vista de las cifras parece que no mucho.
¿Por qué?; pues porque el ambiente general en que nos movemos (más bien no nos movemos) no lo favorece y hasta es contradictorio. No es de extrañar la esquizofrenia de muchos niños y adolescentes. Se les tienta a todas horas con comida fácil, rápida, muy gustosa, y con todo tipo de pantallitas (videojuegos,…). Tienen que estar horas y horas sentados en clase (y en casa estudiando). Y a la vez que se les vende la moda de cuerpos esbeltos (cuando no cadavéricos), abdominales de «tableta de chocolate»,…
Así que no es fácil, pero los siguientes consejos básicos pueden ser de utilidad:
- Aprender a comer es algo que se inicia en la infancia. Los padres deben aprender a comer bien y enseñárselo, con el ejemplo, a los hijos.
- Se debe fomentar una relación natural con la comida. Nunca se debe forzar a comer a un niño. Se deben educar buenos hábitos de alimentación y no embutir la comida a los niños.
- Intentar comer poco de alimentos calóricos y refinados: grasas animales, fritos, pasteles, comidas muy procesadas… A estas alturas todo el mundo conoce la «pirámide de la alimentación», aunque últimanente se discuten algunos de sus aspectos (el puesto de los cereales no debería estar en la base). Parece más adecuado El plato para Comer Saludable de la Escuela de Salud Pública de Harvard, (matizado por el nutricionista Juan Revenga).
- Tomar lo menos posible bebidas azucaradas (lo que incluye muchos zumos comerciales), o todo lo que contenga mucho azúcar (incluye muchas de las galletas y cereales para niños).
- Fomentar alimentación variada, que incluya legumbres, verduras, fruta, pescado, etc.
- Por supuesto, fomentar la actividad física. Para ello: limitar el tiempo de pantallitas, favorecer actividades deportivas (la OMS recomienda ejercicio moderado-vigoroso 35 minutos al día, o 60 minutos 5 días a la semana); y algo que muchas veces no se hace y es importante: incorporar ejercicio en la actividad diaria: subir escaleras (en vez de usar el ascensor), ir más andando a los sitios, desplazarse en bicicleta,…
Si vuestro hijo tiene obesidad o sobrepeso debe ser valorado por el pediatra. Hay que valorar que se está haciendo mal y ver la mejor manera de ir corrigiéndolo. Cuesta cambiar los hábitos, siempre es un planteamiento a medio-largo plazo. Porque no se trata de perder peso, si no de aprender a comer bien.
Para más información:
Leed este excelente y completo artículo sobre Obesidad Infantil.
Web de la OMS sobre obesidad.