En el cole os han dicho que vuestro hijo puede que tenga TDAH. ¿Qué es el TDAH?, ¿cómo podemos estar seguros?,…
Es bastante frecuente encontrarme en la consulta con unos padres angustiados porque les han dicho en el cole que su hij@ parece que es «hiperactivo», que puede que tenga un TDAH. Enseguida han consultado al «Dr. Google», pero la cantidad de información sobre TDAH es apabullante, y muchas veces poco clara o contradictoria.
La primera duda que se plantean los padres suele ser: «¿es hiperactivo realmente? Y luego «¿qué hacemos?, ¿lo llevamos a un neurólogo?, ¿tendrá que llevar medicación?,…»
Para empezar vamos a ver si es de verdad un TDAH, porque últimamente se tiende a «etiquetar» con mucha facilidad a cualquier niño algo distraído, o revoltoso,… La difusión que se ha hecho del TDAH en muchos medios ha contribuido a dar visibilidad al problema del TDAH. Y por tanto, a diagnosticar y tratar muchos niños que antes pasaban una etapa escolar muy difícil. Pero también parece que está llevando a un sobrediagnóstico de TDAH.
¿Qué es el TDAH?
El TDAH es un «trastorno» de la conducta cuyos síntomas principales (lo que se llama síntomas nucleares del TDAH) son:
- Inatención: dificultad para prestar atención y concentrarse.
- Hiperactividad.
- Impulsividad.
Estos tres síntomas traducidos en el día a día: niño que está distraído con frecuencia, que no escucha, no está quieto ni un minuto, lo toca todo, es incapaz de esperar su turno en la cola,… Bueno, ¿qué niño no es así en algún momento?,…
La clave para saber si esta conducta es normal o no depende de que esos síntomas sean inadecuados para la edad del niño, inadecuados en el momento y lugar, y que ello repercuta en el funcionamiento escolar y social del niño.
¿Cómo saber si tu hij@ tiene un TDAH?
El TDAH no tiene una prueba diagnóstica médica, por lo que el diagnóstico se basa en una evaluación de los síntomas, una observación del niño en diversos ambientes y un seguimiento del mismo.
Se suele empezar por los criterios que establece el Manual de Trastornos Mentales (DMS-V), que se basa en la presencia de varias conductas en relación a los síntomas nucleares: inatención, hiperactividad e impulsividad.
En esta clasificación se distingue tres tipos de TDAH: el tipo con predominio de los síntomas de falta de atención, el tipo con predominio de la hiperactividad/impulsividad y el tipo que combina ambos.
Pero esto puede tener tantos matices como niños hay. Cada niño con TDAH es diferente.
Es importante resaltar que en muchos niños sólo se presentan los síntomas de falta de atención, y éstos a veces pueden pasar desapercibidos por más tiempo; porque son niños que «se portan bien», y se acaban detectando cuando empiezan a tener problemas de rendimiento escolar.
Se pueden ver los Criterios DMS-V aquí.
Pero es muy importante que estos síntomas cumplan las siguientes condiciones:
- Que los síntomas sean persistentes y aparezcan en cualquier ambiente. El niño que tiene síntomas de TDAH sólo en el colegio, pero en casa no, no tiene un TDAH. Es más probable que haya algún conflicto en el cole, o que tenga un problema de lenguaje o de capacidad intelectual. Por otro lado, el niño que presenta síntomas de TDAH en casa, pero no en el colegio y tiene buen rendimiento escolar, no tiene un TDAH. Posiblemente su conducta se deba a un problema en la interacción padres-hijo, o en las relaciones en la familia…
- Los síntomas del TDAH deben interferir de forma significativa en el rendimiento académico y el funcionamiento social. Un niño distraído, que «parece» que no presta atención, que no para quieto, que «incordia» mucho en clase,… pero tiene buen rendimiento escolar, y tiene buena relación con los compañeros y con la familia, no es un TDAH.
Por último, también es importante valorar, y descartar, otras causas de la alteración de la conducta. En el niño que predomina la falta de atención, habrá que valorar que no tenga alguna dificultad para oír o un problema de la vista, y por eso «no presta atención».
También hay que valorar que una conducta tipo TDAH, no se deba a circunstancias de tipo emocional, como divorcio de los padres, enfermedad grave de un familiar, maltrato,…
Para valorar los síntomas de TDAH se utilizan también escalas y cuestionarios para padres y profesores. Una de las más utilizadas son las escalas de Conners (adaptadas a nuestro medio), se puede ver su forma abreviada aquí. En ellas se hace una serie de preguntas dirigidas a los padres y a los profesores en las que se valora la presencia y la intensidad de una serie de síntomas relacionados con los síntomas nucleares del TDAH.
En mi opinión (y esto es solo mi opinión), creo que hay que ser bastante prudente con el diagnóstico de TDAH. En un niño de 7 años con muchos de los síntomas típicos, que cumple los criterios arriba expuestos, pues no hay duda. Pero en niños con algunos «síntomas» menos claros, o síntomas que se prestan a interpretación subjetiva por parte de los padres o del profesor («es más movido de lo normal»,…), y sobre todo si son aún pequeños (menores de 6 años), hay que ser prudentes y no tratar de «etiquetar» a la ligera. Porque ya entonces puede entrar en una rueda de exámenes psicológicos, consulta a especialistas,… y estigmatización, que puede tener más de negativo que de positivo.
Para el diagnóstico del TDAH no se precisa analítica, resonancia magnética cerebral, electroencefalograma, etc.
¿A qué edad se puede saber si un niño tiene un TDAH?
La edad en que se pueden valorar los síntomas se ha ido rebajando en las sucesivas guías clínicas sobre TDAH que han ido apareciendo en los últimos 10 años. Actualmente, parece ser que podrían empezar a valorarse algunos síntomas desde los 4 años de edad.
¿Hay que medicarlo?
El tratamiento del TDAH requiere abordar varios aspectos, todos importantes, pero es clave el tratamiento psicopedagógico, en el que es fundamental la intervención en el colegio.
Si es un verdadero TDAH, la medicación es de gran ayuda. Pero hay que individualizar el tratamiento para cada caso.
Si vuestro hijo tiene problemas de aprendizaje en el colegio, o es muy movido, y ello repercute en su vida escolar y familiar, observad su comportamiento en el colegio, en casa y en otros ambientes, y consultad con vuestro pediatra.
Más información sobre el TDAH y orientación para padres y profesores: Fundación CADAH
Referencias: