Los edulcorantes en la alimentación de los niños, ¿pueden utilizarse?, ¿desde qué edad?, ¿son convenientes?, ¿todos son iguales?, y sobre todo, ¿son seguros?
Con la concienciación cada vez mayor de restringir el azúcar en la alimentación infantil (y de los adultos), muchas madres me preguntan si los edulcorantes son una opción válida. Si el problema del Colarius® es el azúcar, «¿qué tal si le damos Colarius® light?», ¿y las galletas Fontalin® sin azúcar, pero que llevan maltitol?»
Hay que distinguir dos aspectos importantes en este tema:
- Primero, si son seguros los edulcorantes.
- Y segundo, si son «convenientes» o recomendables nutricionalmente hablando.
Voy a empezar por lo segundo, (porque es posible que tras leerlo importe menos lo de la seguridad).
Los edulcorantes en niños, ¿son convenientes o útiles?
Se puede resumir en: los edulcorantes no son convenientes. Ni necesarios.
¿Cómo es eso? A ver, en general, la mayoría de comidas que llevan edulcorantes (o azúcar) son poco saludables. Muchas de ellas son alimentos muy procesados, precocinados, bollería o dulces. Por lo que ya de entrada deberían ser de consumo muy excepcional. Pero de verdad excepcional (no vale, la excepción que comienza todos los viernes por la tarde y continúa hasta el domingo por la noche).
Y aquí podría terminar el artículo. Pero ahondemos un poco más en el tema.
Respecto a la utilidad, no se han demostrado efectos beneficios en cuanto a prevención y tratamiento de obesidad. Solo parece haber un muy ligero efecto beneficioso, acompañando a una dieta saludable, en el manejo de la obesidad en adolescentes.
Tampoco son recomendables en la alimentación del niño diabético, por lo que explico en el siguiente apartado.
Excepción: sí que parece ser útil el uso del xilitol como forma de prevenir la caries dental.
Aunque sea para consumo muy ocasional, ¿cuánto edulcorante puede consumir un niño?
Pues depende de la edad del niño:
Según normativa europea, los edulcorantes no pueden añadirse en fórmulas lácteas para lactantes, en los cereales, ni en alimentos infantiles «destinados a los lactantes y a los niños de corta edad» (no concretan más).
Según las recomendaciones del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría «no es aconsejable su empleo en niños de 1 a 3 años»(referencia aquí)
La Academia Americana de Pediatría, considera que no hay suficientes estudios sobre los posibles beneficios para la salud en niños y adolescentes; por lo que NO deben ser una parte «significativa» de la alimentación en niños y adolescentes (referencia aquí).
Como se explica más adelante, los edulcorantes en las dosis recomendadas por la EFSA son muy seguros.
Un consumo muy ocasional no parece que vaya a tener ningún efecto sobre la salud del niño. Muchas medicaciones para niños llevan edulcorantes (y/o azúcar), pero ese no es problema. El problema es si las comidas que llevan edulcorantes se toman con cierta frecuencia, sobre todo en sustitución de comida sana.
Desconocemos aún sus implicaciones a medio y largo plazo. Aunque sean seguros desde el punto de vista de la toxicidad, hay dos aspectos que se están revelando en algunos estudios, que tienen especial importancia en niños:
- Uno es que el niño se acostumbre al sabor demasiado dulce, lo que interfiere con adquirir buenos hábitos alimentarios. Además de que el sabor dulce estimula ciertas áreas del cerebro, y crea cierta adicción.
- Y el otro aspecto, es la posible alteración del equilibrio del manejo de los hidratos de carbono, la energía y la regulación del apetito. La llegada de un sabor dulce a la boca da la señal al cerebro de que vienen azúcares al tubo digestivo. Se pone en marcha entonces una serie de mecanismos para asimilar ese azúcar, que luego no llega. Se «engaña» al cuerpo, de manera que se desajusta la respuesta metabólica. Esto explicaría en parte (solo en parte), porque toda la comida y bebidas light no han contribuido a mejorar el problema de la obesidad. Y porqué tampoco son recomendables en la alimentación de los diabéticos.
Si queréis leer más sobre estos aspectos, empezad por este excelente artículo.
¿Qué tipos de edulcorantes hay?
Hay muchos. Os pongo un listado para que los podáis identificar en las etiquetas.
Acesulfamo potásico (E-950)
Aspartamo (E-951)
Sacarina (E-954)
Ciclamato (E-952)
Sucralosa (E-955)
Glucosido de esteviol (E-960) (edulcorante artificial obtenido de la estevia, que aunque la planta sí es natural, no está autorizada para consumo porque tiene otros componentes que pueden ser tóxicos)
Alcoholes del azúcar (polioles): Sorbitol (E-420), Manitol (E-421), Isomaltitol (E-953), Maltitol (E-965), Lactitol (E-966), Xilitol (E-967), Eritritol (E-968)
Otros menos utilizados: Taumatina (E-957), Neohesperidina DC (E-959), Neotame (E-961)
Para saber más sobre las características de cada edulcorante, podéis leer los dos artículos que indico en el siguiente epígrafe. Y también en la web de la EFSA y en esta web sobre los polioles.
¿Son seguros los edulcorantes en niños?
Todos los edulcorantes que se encuentran en el mercado son seguros. Han seguido unos controles y evaluación de seguridad muy rigurosos por parte de diversas agencias (la EFSA en Europa y la FDA en EEUU) y son muy seguros a las dosis máximas que se recomiendan (que están muy por encima de un consumo incluso habitual). Es más, los edulcorantes, y todos los aditivos alimentarios, están sometidos a un seguimiento periódico.
Así que, toda esa información alarmista que circula por internet, no tiene ninguna base científica, en cuanto a efectos tóxicos o seguridad alimentaria. Otra cosa es su conveniencia nutricional, como ya hemos comentado más arriba.
Para interesados en el tema de seguridad recomiendo estos dos excelentes artículos del blog «lo que dice la ciencia para adelgazar», del químico Luis Jiménez:
Especial edulcorantes (I): Aspartamo, ¿es tóxico o cancerígeno?
Especial edulcorantes (II): Sacarina, ciclamato, sucralosa, stevia, ¿son seguros?
Y también, la información sobre edulcorantes y cáncer (relación que NO se ha demostrado) de la web del National Cancer Institute.
¿Son unos edulcorantes mejores que otros?
Pues no hay gran diferencia. Algunos aportan un pequeño número de calorías (como los polioles). Otros son más edulzantes (Neotame, por ejemplo). Y sí que hay diferencias en cuanto al sabor, puesto que cada uno tiene sus matices.
En la práctica, como se deben consumir en muy pequeña cantidad y sólo ocasionalmente, daría igual el edulcorante.
En cualquier caso, si aunque sea de vez en cuando, vais a consumirlos, mejor ir variándolos, así seguro que os quedáis muy lejos de las dosis máximas recomendadas.
Entonces, ¿no será mejor endulzar con el azúcar de siempre?
Volvemos al punto uno: es recomendable evitar la comida que hay que endulzar mucho, o las comidas procesadas a las que añaden mucho azúcar o edulcorante.
Pero, y si ponemos algo… ¿mejor azúcar? Esto ya daría para otro artículo (puede que me lance a ello… Se ha escrito tanto sobre el azúcar últimamente).
Conclusión final: la comida, o bebida, con edulcorantes no debe sustituir a una alimentación sana, con comida de verdad, y al agua. Un consumo ocasional no supone ningún problema, pero mejor a partir de los 3 años de edad.
Fuentes de información principales (además de las referencias a lo largo de artículo):