¿Existen los dolores del crecimiento? Los niños pueden quejarse en ocasiones de dolores en las piernas,
sin otros síntomas ni motivo aparente; y se suele hablar entonces de «dolores del crecimiento», pero aunque no se sabe la causa exacta de estos dolores, no es que los huesos duelan al crecer. Estos dolores de piernas pueden aparecer a partir de los 2 años, pero es más frecuente entre los 4 y los 8 años. Son dolores que van a aparecer de forma intermitente, es decir, va a tener días sin nada de dolor. Estos episodios de dolor pueden presentarse durante mucho tiempo (meses, o años incluso).
Los llamados «dolores del crecimiento» suelen tener las siguientes características:
- El niño se suele quejar de la zona de las pantorrillas o detrás de las rodillas.
- Suelen ser de ambas piernas.
- Aparecen sobre todo hacia el final del día o por la noche (pueden llegar a despertar al niño).
- Suelen aparecer cuando el niño está un rato quieto en una misma posición.
- No se acompañan de hinchazón de ninguna articulación, ni limitan su movilidad.
- No se acompañan de fiebre o de otros síntomas.
¿Por qué se producen?
La causa exacta se desconoce, pero por sus características parece ser que se producen por la sobrecarga a la que se someten los músculos y tendones en una edad en la que el niño aún tiene poca resistencia y ya tiene mucha actividad. Un niño de 5 años puede ignorar el cansancio muscular si se lo está pasando bien,… va a seguir corriendo y saltando. Como aún no tiene una resistencia muscular desarrollada, esa actividad va a ir fatigando los músculos y tendones, que mientras están en caliente no suelen molestar. Por eso aparecen los dolores más hacia el final del día, cuando el niño ya ha cansado sus músculos, y también cuando esos músculos «se enfrían» y se pueden contracturar, sobre todo si están un rato en una misma postura (por la noche durmiendo).
Pero, ¿por qué no aparecen en todos los niños?
En primer lugar no todos los niños son igual de activos y ni en todos los niños la resistencia muscular es igual.
Y por otro lado, se ha visto que muchos de estos niños con «dolores del crecimiento» tendrían un umbral del dolor más bajo (sienten más el dolor, o son más sensibles al dolor); puesto que en muchos de ellos estos dolores persisten en el tiempo (llegando incluso a la adolescencia) y algunos de ellos desarrollan otros tipos de dolores intermitentes, más o menos frecuentes, como dolores de cabeza o dolores de barriga.
¿Cómo se tratan?
- La mayor parte de las veces ceden solos o con un ligero masaje.
- Si se observa contractura muscular unos estiramientos suaves pueden ayudar.
- Si el dolor es más intenso se puede dar un analgésico: Ibuprofeno o Paracetamol.
¿Cuándo consultar? ¿Cuándo no es «dolor del crecimiento»?
- Si se acompaña de fiebre.
- Si se hay hinchazón o enrojecimiento de una articulación.
- Si es un dolor persistente (sigue con dolor a la mañana siguiente) o va aumentando en intensidad.
- Si hay cojera o está limitada la movilidad de alguna articulación.
- Si hay dolor de otras partes del cuerpo.
Además de los «dolores del crecimiento», hay otras causas de lo que se llama dolor crónico (de larga evolución) idiopático (de causa desconocida) en niños, como es la fibromialgia, el síndrome de hiperlaxitud articular generalizada benigna, el síndrome de fatiga crónica y la distrofia simpático refleja (*). Todos ellos tienen características distintas de los «dolores del crecimiento», por lo que ante unos dolores persistentes o que reaparecen con frecuencia y que no siguen el patrón típico de los «dolores del crecimiento» es mejor que consultéis a vuestro pediatra.
(*) Si queréis saber más sobre dolores musculo-esqueléticos en niños aquí.